sábado, 13 de julio de 2019

Frente al miedo, la esperanza...


Nada paraliza más al ser humano y todo lo que le rodea que el miedo. El miedo es la herramienta más eficiente para someter al individuo, pero también a los pueblos. Superar el miedo en solitario se antoja una empresa imposible. Pero la vida de fe, especialmente cuando se vive en comunidad es una herramienta maravillosa para superar el miedo. Si superamos el miedo crecemos, afrontamos un futuro con esperanza y hacemos germinar el Reino de Dios.

Mt 10,24-33
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus Apóstoles:
-Un discípulo no es más que su maestro, ni un esclavo más que su amo; ya le basta al discípulo con ser como su maestro, y al esclavo como su amo.
Si al dueño de la casa lo han llamado Belzebú, ¡cuánto más a los criados!
No les tengáis miedo, porque nada hay cubierto, que no llegue a descubrirse; nada hay escondido, que no llegue a saberse.
Lo que os digo de noche, decidlo en pleno día, y lo que os digo al oído, pregonadlo desde la azotea.
No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. No, temed al que puede destruir con el fuego alma y cuerpo. ¿No se venden un par de gorriones por unos cuartos? Y, sin embargo, ni uno solo cae al suelo sin que lo disponga vuestro Padre. Pues vosotros hasta los cabellos de la cabeza tenéis contados. Por eso, no tengáis miedo: no hay comparación entre vosotros y los gorriones.
Si uno se pone de mi parte ante los hombres, yo también me pondré de su parte ante mi Padre del cielo. Y si uno me niega ante los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre del cielo.

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