miércoles, 1 de mayo de 2024

Yo soy la vid, vosotros los sarmientos...

 San José obrero

Miércoles de la V Semana Pascua

En no pocas ocasiones nos atribuimos los éxitos de nuestras acciones pastorales. Sentimos que los frutos de nuestra misión son consecuencia directa de nuestros actos y olvidamos, por momentos, que en la vida de la fe el Espíritu Santo actúa suscitando, abriendo los sentidos, disponiendo el corazón para acoger la palabra del testigo. No tiene sentido nuestra tarea si no está vinculada a la persona de Jesucristo y a su mensaje.


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Jn 15,1-8

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento que no da fruto en mí lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto.

Vosotros ya estáis limpios por la palabra que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros.

Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.

Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden.

Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará.

Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos».

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