miércoles, 5 de junio de 2024

Un Dios muy vivo...

San Bonifacio, obispo y mártir

Miércoles IX Semana del Tiempo Ordinario

Los saduceos pretender hacer un Dios a su manera. Hacen preguntas a Jesús esperando éste justifique lo que ellos piensan de antemano. Hacer un dios a su medida es una tentación que la humanidad ha tenido a lo largo del tiempo. Lo difícil es aceptar a Dios como es. Un Dios vivo, que ama y se compromete con el hombre. No es raro sentirnos saduceos y esperar a que Dios justifique nuestras ideas y satisfaga nuestras demandas. Hablar con Dios no es hacer monólogos, es escuchar también… Dios te habla.


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Mc 12,18-27

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos saduceos, los cuales dicen que no hay resurrección, y le preguntaron:

«Maestro, Moisés nos dejó escrito: “Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer pero no hijos, que se case con la viuda y dé descendencia a su hermano”.

Pues bien, había siete hermanos: el primero se casó y murió sin hijos; el segundo se casó con la viuda y murió también sin hijos; lo mismo el tercero; y ninguno de los siete dejó hijos. Por último murió la mujer.

Cuando llegue la resurrección y resuciten, ¿de cuál de ellos será mujer? Porque los siete han estado casados con ella».

Jesús les respondió:

«¿No estáis equivocados, por no entender la Escritura ni el poder de Dios? Pues cuando resuciten, ni los hombres se casarán ni las mujeres serán dadas en matrimonio, serán como ángeles del cielo.

Y a propósito de que los muertos resucitan, ¿no habéis leído en el libro de Moisés, en el episodio de la zarza, lo que le dijo Dios: “Yo soy el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob”? No es Dios de muertos, sino de vivos. Estáis muy equivocados».


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