miércoles, 30 de abril de 2025

Este es el juicio: que la luz vino al mundo y...

 Miércoles II Semana de Pascua

La conversación con Nicodemo es íntima y profunda. Jesús pone a Nicodemo ante la perspectiva que Dios tiene al ser humano. Dios ya no es un juez, sino que el amor traspasa su ser y su acción. El gesto más auténtico de ese amor, el fruto, es la entrega de su hijo por amor a los hombre. Pero la perspectiva necesita de correspondencia para llegar a su zenit. ¿Cuál es la respuesta del hombre? ¿Prefiere a las tinieblas o a la luz? Y aquí todos somos Nicodemos de quienes se espera una respuesta.


Reza Laudes en tu dispositivo

Reza Vísperas en tu dispositivo

Jn 3,16-21

Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna.

Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.

El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Unigénito de Dios.

Este es el juicio: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra el mal detesta la luz, y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras.

En cambio, el que obra la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios.

viernes, 25 de abril de 2025

Sabían bien que era el Señor

 Viernes de la Octava de Pascua

No es de extrañar que en sus inicios la primera comunidad cristiana se sintiese desorientada. Pasar el miedo paralizante a la alegría atrevida no fue un camino fácil ni automático. Como todo camino de fe exige un proceso completo y muy personal. Y en esto juegan un papel fundamental la comunidad cristiana y la vinculación personal y comunitaria, afectiva y efectiva con el Señor. La fe se sujeta precisamente en ese vínculo con el Señor. En la escucha, la atención a los signos, el seguimiento leal y el discernimiento personal y comunitario.


Reza Laudes en tu dispositivo

Reza Vísperas en tu dispositivo

Jn 21,1-14

En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberíades. Y se apareció de esta manera:

Estaban juntos Simón Pedro, Tomás, apodado el Mellizo; Natanael, el de Caná de Galilea; los Zebedeos y otros dos discípulos suyos.

Simón Pedro les dice:

«Me voy a pescar».

Ellos contestan:

«Vamos también nosotros contigo».

Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús.

Jesús les dice:

«Muchachos, ¿tenéis pescado?».

Ellos contestaron:

«No».

Él les dice:

«Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis».

La echaron, y no podían sacarla, por la multitud de peces. Y aquel discípulo a quien Jesús amaba le dice a Pedro:

«Es el Señor».

Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se echó al agua. Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque no distaban de tierra más que unos doscientos codos, remolcando la red con los peces. Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan.

Jesús les dice:

«Traed de los peces que acabáis de coger».

Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y aunque eran tantos, no se rompió la red.

Jesús les dice:

«Vamos, almorzad».

Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían bien que era el Señor.

Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado.

Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos después de resucitar de entre los muertos.

miércoles, 23 de abril de 2025

¿Qué conversación es esa...?

 Miércoles de la Octava de Pascua

No es difícil de comprender lo que ocurre camino de Emaús. Dos seguidores del Jesús que había obrado tantos prodigios, huyen desesperanzados de Jerusalén. Habían apostado por aquel hombre maravilloso que hacía milagros al tiempo que extendía un mensaje maravilloso de amor, libertad y justicia. Pero tras la muerte de delincuente a la que fue sometido por el poder romano con la connivencia de las autoridades religiosas judías, se sienten defraudados y huyen de la capital judía con miedo de sufrir las consecuencias. Les costó reconocer al resucitado. Y lo hicieron tras la repetición del gesto de partir el pan. No bastaron las palabras. Ni el repaso a las escrituras. No sé qué gestos podemos necesitar nosotros para reconocer al resucitado. Porque quizá las palabras tampoco nos sirven...


Reza Laudes en tu dispositivo

Reza Vísperas en tu dispositivo

Lc 24,13-35

Aquel mismo día, el primero de la semana, dos de los discípulos de Jesús iban caminando a una aldea llamada Emaús, distante de Jerusalén unos sesenta estadios; iban conversando entre ellos de todo lo que había sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo.

Él les dijo:

«¿Qué conversación es esa que traéis mientras vais de camino?».

Ellos se detuvieron con aire entristecido. Y uno de ellos, que se llamaba Cleofás, le respondió:

«¿Eres tú el único forastero en Jerusalén que no sabes lo que ha pasado allí estos días?».

Él les dijo:

«¿Qué?».

Ellos le contestaron:

«Lo de Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo; cómo lo entregaron los sumos sacerdotes y nuestros jefes para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él iba a liberar a Israel, pero, con todo esto, ya estamos en el tercer día desde que esto sucedió. Es verdad que algunas mujeres de nuestro grupo nos han sobresaltado, pues habiendo ido muy de mañana al sepulcro, y no habiendo encontrado su cuerpo, vinieron diciendo que incluso habían visto una aparición de ángeles, que dicen que está vivo. Algunos de los nuestros fueron también al sepulcro y lo encontraron como habían dicho las mujeres; pero a él no lo vieron».

Entonces él les dijo:

«¡Qué necios y torpes sois para creer lo que dijeron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto y entrara así en su gloria?».

Y, comenzando por Moisés y siguiendo por todos los profetas, les explicó lo que se refería a él en todas las Escrituras.

Llegaron cerca de la aldea adonde iban y él simuló que iba a seguir caminando; pero ellos lo apremiaron, diciendo:

«Quédate con nosotros, porque atardece y el día va de caída».

Y entró para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero él desapareció de su vista.

Y se dijeron el uno al otro:

«¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?».

Y, levantándose en aquel momento, se volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, que estaban diciendo:

«Era verdad, ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón».

Y ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.

martes, 22 de abril de 2025

He visto al Señor y ha dicho esto...

 Martes de la Octava de Pascua

No es solo María Magdalena la que se siente paralizada y bloqueada ante la realidad de la muerte. En María estamos cada uno de nosotros. La muerte se nos presenta como una realidad potente que nos asusta, genera en nosotros tal dolor y tal incertidumbre que se convierte en poderosa. Y no es para menos. La pérdida, la despedida y el olvido impregnan en nosotros un miedo atroz. Solo Jesús Resucitado puede darnos, como a María, un nuevo horizonte de sentido ante la realidad de la muerte. Pero siempre que nosotros nos dejemos acompañar por él.


Reza Laudes en tu dispositivo

Reza Vísperas en tu dispositivo

Jn 20,11-18

En aquel tiempo, estaba María fuera, junto al sepulcro, llorando. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados, uno a la cabecera y otro a los pies, donde había estado el cuerpo de Jesús.

Ellos le preguntan:

«Mujer, ¿por qué lloras?».

Ella les contesta:

«Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto».

Dicho esto, se vuelve y ve a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús.

Jesús le dice:

«Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?».

Ella, tomándolo por el hortelano, le contesta:

«Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré».

Jesús le dice:

«¡María!».

Ella se vuelve y le dice:

«¡Rabbuní!», que significa: «¡Maestro!».

Jesús le dice:

«No me retengas, que todavía no he subido al Padre. Pero, anda, ve a mis hermanos y diles: "Subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y Dios vuestro"».

María la Magdalena fue y anunció a los discípulos:

«He visto al Señor y ha dicho esto».

lunes, 21 de abril de 2025

No temáis, id...

Lunes de la Octava de Pascua

Las mujeres acuden al sepulcro y lo encuentran vacío. Entre ellas cunde el miedo, que se entremezcla con la alegría por la ausencia del cadáver y lo que ello puede significar. Jesús sale a su encuentro y hace que el miedo se disipe. El miedo paraliza, bloquea y ahoga a quienes lo sufren. Superarlo empuja a ponerse en camino. Abre horizontes nuevos, conduce a Galilea. Frente a esta actitud está la de aquellos que se resisten a ver la verdad, a reconocer la novedad y a afrontarla. Su resistencia es férrea, pero no conduce a nada, solo al sinsentido. Ahora nos toca a nosotros quedarnos o ponernos en camino.


Reza Laudes en tu dispositivo

Reza Vísperas en tu dispositivo

Mt 28,8-15

En aquel tiempo, las mujeres se marcharon a toda prisa del sepulcro; llenas de miedo y de alegría corrieron a anunciarlo a los discípulos.

De pronto, Jesús les salió al encuentro y les dijo:

«Alegraos».

Ellas se acercaron, le abrazaron los pies y se postraron ante él.

Jesús les dijo:

«No temáis: id a comunicar a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán».

Mientras las mujeres iban de camino, algunos de la guardia fueron a la ciudad y comunicaron a los sumos sacerdotes todo lo ocurrido. Ellos, reunidos con los ancianos, llegaron a un acuerdo y dieron a los soldados una fuerte suma, encargándoles:

«Decid que sus discípulos fueron de noche y robaron el cuerpo mientras vosotros dormíais. Y si esto llega a oídos del gobernador, nosotros nos lo ganaremos y os sacaremos de apuros».

Ellos tomaron el dinero y obraron conforme a las instrucciones. Y esta historia se ha ido difundiendo entre los judíos hasta hoy.


domingo, 20 de abril de 2025

Vio y creyó...

 Domingo de Pascua de Resurrección

El relato del evangelio de Juan nos ofrece un camino pedagógico a través de los diferentes personajes que va desde la distancia y el miedo a la fe. María acude al sepulcro, pero en la oscuridad y desde la distancia decide ir a buscar a Pedro, ha visto algo que la ha asustado. Pedro y Juan acuden al sepulcro y encuentran la losa quitada y el sepulcro vacío. En su interior restos de la muerte y del sufrimiento previo. Restos superados por la resurrección. La fe brota al reconocer en el vacío del sepulcro la victoria de la Vida. Jesús ha resucitado. Ahora todo tiene sentido.


Reza Laudes en tu dispositivo

Reza Vísperas en tu dispositivo

Jn 20,1-9

El primer día de la semana, María la Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro.

Echó a correr y fue donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo:

«Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto».

Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; e, inclinándose, vio los lienzos tendidos; pero no entró.

Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio los lienzos tendidos y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no con los lienzos, sino enrollado en un sitio aparte.

Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó.

Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos.

viernes, 18 de abril de 2025

¿A quién buscáis?

 Viernes Santo

No sé si nosotros hubiésemos librado a Jesús de la condena o nos habríamos convertido en otro dedo acusador más. A veces nos hemos convertido en tan intolerantes, tradicionalistas y legalistas que da miedo solo pensar qué habríamos hecho nosotros. Frente a esta cuestión, que no debemos obviar, está la intervención silenciosa de Dios que con un amor desbordante y plenamente libre se expone a las consecuencias de su obra. Es verdad que en la cruz su obra resulta inacabada, pero es verdad que por la acción de unos y omisión de otros el intento de eliminar a Dios y toda esperanza muta al gesto más extremo del amor de Dios a los hombres. Continuará, pero, de momento, nos sumimos en el silencio.


Reza Laudes en tu dispositivo

Reza Vísperas en tu dispositivo

Jn 18,1-19,42

C. En aquel tiempo, salió Jesús con sus discípulos al otro lado del torrente Cedrón, donde había un huerto, y entraron allí él y sus discípulos. Judas, el que lo iba a entregar, conocía también el sitio, porque Jesús se reunía a menudo allí con sus discípulos. Judas entonces, tomando una cohorte y unos guardias de los sumos sacerdotes y de los fariseos, entró allá con faroles, antorchas y armas. Jesús, sabiendo todo lo que venía sobre él, se adelantó y les dijo:

+ «¿A quién buscáis?».

C. Le contestaron:

S. «A Jesús, el Nazareno».

C. Les dijo Jesús:

+ «Yo soy».

C. Estaba también con ellos Judas, el que lo iba a entregar. Al decirles: «Yo soy», retrocedieron y cayeron a tierra. Les preguntó otra vez:

+ «¿A quién buscáis?».

jueves, 17 de abril de 2025

Si no te lavo...

 Jueves Santo

Un gesto que cocemos y reconocemos. La última cena, y en especial, el inusual gesto del lavatorio de los pies, son muestras inequívocas de la humildad y el servicio entendidos como gestos dignificadores y humanizantes. Gestos que el ritmo de nuestro modelo social han ido acorralando a la esquina de lo extraordinario. Extraordinario nos ha parecido ver al papa Francisco acudir estos años a una prisión a celebrar los gestos de Cristo. Está en nuestras manos, pero sobre todo en lo profundo de nuestras intenciones convertir estos gestos en ordinarios, en hacerlos reales en lo cotidiano, porque es posible dignificar las relaciones humanas, humanizarlas y hacer semillero del reino de Dios.


Reza Laudes en tu dispositivo

Reza Vísperas en tu dispositivo

Jn 13,1-15

Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo.

Estaban cenando; ya el diablo había suscitado en el corazón de Judas, hijo de Simón Iscariote, la intención de entregarlo; y Jesús, sabiendo que el Padre había puesto todo en sus manos, que venía de Dios y a Dios volvía, se levanta de la cena, se quita el manto y, tomando una toalla, se la ciñe; luego echa agua en la jofaina y se pone a lavarles los pies a los discípulos, secándoselos con la toalla que se había ceñido.

Llegó a Simón Pedro, y este le dice:

«Señor, ¿lavarme los pies tú a mí?».

Jesús le replicó:

«Lo que yo hago, tú no lo entiendes ahora, pero lo comprenderás más tarde».

Pedro le dice:

«No me lavarás los pies jamás».

Jesús le contestó:

«Si no te lavo, no tienes parte conmigo».

Simón Pedro le dice:

«Señor, no solo los pies, sino también las manos y la cabeza».

Jesús le dice:

«Uno que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque todo él está limpio. También vosotros estáis limpios, aunque no todos».

Porque sabía quién lo iba a entregar, por eso dijo: «No todos estáis limpios».

Cuando acabó de lavarles los pies, tomó el manto, se lo puso otra vez y les dijo:

«¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis "el Maestro" y "el Señor", y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros: os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis».

martes, 15 de abril de 2025

Hijitos, me queda poco...

 Martes Santo

Se acerca el desenlace de todo lo vivido en los últimos años. Se presenta como una consecuencia cruel a tanto amor desprendido de Dios. Y la tensión pone en la encrucijada a quienes tan cerca han estado. La forma retorcida de actuar de Judas, el orgullo de Pedro. Dos actitudes que nadan juntas en nuestro interior muchas veces, ante la evidencia de lo vivido. Pero nos ciega el miedo ante la opción de que la esperanza se desvanezca. Es momento de confiar, de seguir esperando, de buscar en quien todo lo puede nuestra fortaleza.


Reza Laudes en tu dispositivo

Reza Vísperas en tu dispositivo

Jn 13,21-33.36-38

En aquel tiempo, estando Jesús a la mesa con sus discípulos, se turbó en su espíritu y dio testimonio diciendo:

«En verdad, en verdad os digo: uno de vosotros me va a entregar».

Los discípulos se miraron unos a otros perplejos, por no saber de quién lo decía.

Uno de ellos, el que Jesús amaba, estaba reclinado a la mesa en el seno de Jesús. Simón Pedro le hizo señas para que averiguase por quién lo decía.

Entonces él, apoyándose en el pecho de Jesús, le preguntó:

«Señor, ¿quién es?».

Le contestó Jesús:

«Aquel a quien yo le dé este trozo de pan untado».

Y, untando el pan, se lo dio a Judas, hijo de Simón el Iscariote.

Detrás del pan, entró en él Satanás. Entonces Jesús le dijo:

«Lo que vas a hacer, hazlo pronto».

Ninguno de los comensales entendió a qué se refería. Como Judas guardaba la bolsa, algunos suponían que Jesús le encargaba comprar lo necesario para la fiesta o dar algo a los pobres.

Judas, después de tomar el pan, salió inmediatamente. Era de noche.

Cuando salió, dijo Jesús:

«Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, también Dios lo glorificará en sí mismo: pronto lo glorificará. Hijitos, me queda poco de estar con vosotros. Me buscaréis, pero lo que dije a los judíos os lo digo ahora a vosotros:

"Donde yo voy no podéis venir vosotros"».

Simón Pedro le dijo:

«Señor, ¿adónde vas?».

Jesús le respondió:

«Adonde yo voy no me puedes seguir ahora, me seguirás más tarde».

Pedro replicó:

«Señor, ¿por qué no puedo seguirte ahora? Daré mi vida por ti».

Jesús le contestó:

«¿Conque darás tu vida por mí? En verdad, en verdad te digo: no cantará el gallo antes de que me hayas negado tres veces».

domingo, 13 de abril de 2025

¿Eres tú el rey de los judíos? Tú lo dices...

 Domingo de Ramos

Después de haber hablado en numerosas ocasiones a sus discípulos del reino de Dios y del amor, Jesús entra en Jerusalén y siente como poco a poco va a tener que asumir las consecuencias de su coherencia en soledad.  Ante la perspectiva de la cruz todos lo dejan solo. Muchos personajes encontramos en este relato de Lucas y todos, uno tras otro, quedan retratados en las horas que siguen. Todos los personajes nos pueden servir de referencia en nuestra meditación y pueden provocarnos al compromiso ante la multitud de inocentes crucificados de la tierra hoy.


Reza Laudes en tu dispositivo

Reza Vísperas en tu dispositivo

Lc 22,14-23,56

Ardientemente he deseado comer esta Pascua con vosotros, antes de padecer

C. Cuando llegó la hora, Jesús se sentó a la mesa y los apóstoles con él y les dijo:

+ «Ardientemente he deseado comer esta Pascua con vosotros, antes de padecer, porque os digo que ya no la volveré a comer hasta que se cumpla en el reino de Dios».

C. Y, tomando un cáliz, después de pronunciar la acción de gracias, dijo:

+ «Tomad esto, repartidlo entre vosotros; porque os digo que no beberé desde ahora del fruto de la vid hasta que venga el reino de Dios».

Haced esto en memoria mía

C. Y, tomando pan, después de pronunciar la acción de gracias, lo partió y se lo dio diciendo:

+ «Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros; haced esto en memoria mía».

C. Después de cenar, hizo lo mismo con el cáliz diciendo:

+ «Este cáliz es la nueva alianza en mi sangre, que es derramada por vosotros».

Ay de aquel hombre por quien el Hijo del hombre es entregado

+ «Pero mirad: la mano del que me entrega está conmigo, en la mesa. Porque el Hijo del hombre se va, según lo establecido; pero ¡ay de aquel hombre por quien es entregado!».

C. Ellos empezaron a preguntarse unos a otros sobre quién de ellos podía ser el que iba a hacer eso.

Yo estoy en medio de vosotros como el que sirve

C. Se produjo también un altercado a propósito de quién de ellos debía ser tenido como el mayor. Pero él les dijo:

miércoles, 9 de abril de 2025

La verdad os hará libres...

 Miércoles de la V Semana de Cuaresma

Quizá nos llamamos cristianos, como los judíos se vanagloriaban de ser descendientes de Abrahán, exclusivamente por realizar algunas prácticas religiosas. Pero ser cristianos conlleva vivir cada día teniendo en cuenta que Jesucristo es lo primero de nuestra existencia. Es ser libres y comprometidos en lo cotidiano. Cuaresma es reconocer a Jesús como nuestro Señor.


Reza Laudes en tu dispositivo

Reza Vísperas en tu dispositivo

Jn 8,31-42

En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos que habían creído en él:

«Si permanecéis en mi palabra, seréis de verdad discípulos míos; conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres».

Le replicaron:

«Somos linaje de Abrahán y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: "Seréis libres"?».

Jesús les contestó:

«En verdad, en verdad os digo: todo el que comete pecado es esclavo. El esclavo no se queda en la casa para siempre, el hijo se queda para siempre. Y si el Hijo os hace libres, seréis realmente libres. Ya sé que sois linaje de Abrahán; sin embargo, tratáis de matarme, porque mi palabra no cala en vosotros. Yo hablo de lo que he visto junto a mi Padre, pero vosotros hacéis lo que le habéis oído a vuestro padre».

Ellos replicaron:

«Nuestro padre es Abrahán».

Jesús les dijo:

«Si fuerais hijos de Abrahán, haríais lo que hizo Abrahán. Sin embargo, tratáis de matarme a mí, que os he hablado de la verdad que le escuché a Dios; y eso no lo hizo Abrahán. Vosotros hacéis lo que hace vuestro padre».

Le replicaron:

«Nosotros no somos hijos de prostitución; tenemos un solo padre: Dios».

Jesús les contestó:

«Si Dios fuera vuestro padre, me amaríais, porque yo salí de Dios, y he venido. Pues no he venido por mi cuenta, sino que él me envió».

lunes, 7 de abril de 2025

Ni me conocéis a mí ni a mi Padre...

San Juan Bautista de la Salle 

Lunes de la V Semana de Cuaresma

Cuanto ruido hicieron los fariseos hasta acabar con Jesús, pensando que así acabarían con la voluntad de Dios. Los maestros de la ley se convirtieron, con sus interpretaciones humanas, en los primeros perseguidores del Hijo de Dios. Asún así no silenciaron la voz de Dios. El silencio de Dios tuvo un triunfo efímero, el mutismo que sucede entre la cruz y el sepulcro vacío. Aunque para ellos el silencio de Dios se hace eterno, porque sus sentidos no son capaces de percibirlo. Y ahora la pregunta ¿tenemos abiertos los sentidos para percibir a Dios o nuestro fariseísmo nos lo impide? Cuaresma es permanecer despierto, sensible y dispuesto a la constante interpelación de Dios.


Reza Laudes en tu dispositivo

Reza Vísperas en tu dispositivo

Jn 8,12-20

En aquel tiempo, Jesús habló de nuevo a los fariseos, diciendo: «Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no camina en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida».

Le dijeron los fariseos: «Tú das testimonio de ti mismo; tu testimonio no es verdadero».

Jesús les contestó: «Aunque yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio es verdadero, porque sé de dónde he venido y adónde voy; en cambio, vosotros no sabéis de dónde vengo ni adónde voy. Vosotros juzgáis según la carne; yo no juzgo a nadie; y, si juzgo yo, mi juicio es legítimo, porque no estoy yo solo, sino yo y el que me ha enviado, el Padre; y en vuestra ley está escrito que el testimonio de dos hombres es verdadero. Yo doy testimonio de mí mismo, y además da testimonio de mí el que me ha enviado, el Padre».

Ellos le preguntaban: «¿Dónde está tu Padre?».

Jesús contestó: «Ni me conocéis a mí ni a mi Padre; si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre».

Jesús tuvo esta conversación junto al arca de las ofrendas, cuando enseñaba en el templo. Y nadie le echó mano, porque todavía no había llegado su hora.

domingo, 6 de abril de 2025

Tampoco yo te condeno. En adelante no peques más...

 V Domingo de Cuaresma

Quienes presentan a la mujer sorprendida en adulterio ante Jesús buscan que el Hijo de Dios se muestre como uno de ellos, como un juez que impone la condena a quienes se han saltado la norma. Pero Dios no es así. Dios no elimina la ley ni protege al que la incumple. Dios perdona y libera del mal generado por el pecado. Dios recupera a la persona y le devuelve la dignidad con una esperanza renovada y la enseñanza de no volver a caer en la red del pecado. Nuestro Dios no ajusticia, sino que recobra a la persona en su dignidad, la devuelve a la vida. Cuaresma es reconocerse atado y alegrarse de la liberación que Dios ejerce en nosotros.


Reza Laudes en tu dispositivo

Reza Vísperas en tu dispositivo

Jn 8, 1-11

En aquel tiempo, Jesús se retiró al monte de los Olivos. Al amanecer se presentó de nuevo en el templo, y todo el pueblo acudía a él, y, sentándose, les enseñaba.

Los escribas y los fariseos le traen una mujer sorprendida en adulterio, y, colocándola en medio, le dijeron:

«Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. La ley de Moisés nos manda apedrear a las adúlteras; tú, ¿qué dices?».

Le preguntaban esto para comprometerlo y poder acusarlo. Pero Jesús, inclinándose, escribía con el dedo en el suelo.

Como insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo:

«El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra».

E inclinándose otra vez, siguió escribiendo.

Ellos, al oírlo, se fueron escabullendo uno a uno, empezando por los más viejos, Y quedó solo Jesús, con la mujer en medio, que seguía allí delante.

Jesús se incorporó y le preguntó:

«Mujer, ¿dónde están tus acusadores?; ¿ninguno te ha condenado?».

Ella contestó:

«Ninguno, Señor».

Jesús dijo:

«Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más».

viernes, 4 de abril de 2025

A mí me conocéis...

 Viernes de la IV Semana de Cuaresma

Ante Jesús nadie queda indiferente. Él siempre nos pide una respuesta, una decisión de entrega total. Y esta respuesta no puede quedarse en un deseo abstracto, sino que marca la vida y la define. Optar por Jesús es acoger a la sabiduría como compañera de camino; rechazarle es caer en brazos de la necedad. Cuaresma es responder a Jesús con la entrega total.


Reza Laudes en tu dispositivo

Reza Vísperas en tu dispositivo

Jn 7,1-2.10.25-30

En aquel tiempo, recorría Jesús Galilea, pues no quería andar por Judea porque los judíos trataban de matarlo. Se acercaba la fiesta judía de las Tiendas.

Una vez que sus hermanos se hubieron marchado a la fiesta, entonces subió él también, no abiertamente, sino a escondidas.

Entonces algunos que eran de Jerusalén dijeron:

«¿No es este el que intentan matar? Pues mirad cómo habla abiertamente, y no le dicen nada. ¿Será que los jefes se han convencido de que este es el Mesías? Pero este sabemos de dónde viene, mientras que el Mesías, cuando llegue, nadie sabrá de dónde viene».

Entonces Jesús, mientras enseñaba en el templo, gritó:

«A mí me conocéis, y conocéis de dónde vengo. Sin embargo, yo no vengo por mi cuenta, sino que el Verdadero es el que me envía; a ese vosotros no lo conocéis; yo lo conozco, porque procedo de él y él me ha enviado».

Entonces intentaban agarrarlo; pero nadie le pudo echar mano, porque todavía no había llegado su hora.

miércoles, 2 de abril de 2025

Porque es el Hijo del hombre...

San Francisco de Paula

 Miércoles de la IV Semana de Cuaresma

Tras la situación contradictoria que han vivido los discípulos después de la curación del paralítico, Jesús pone de manifiesto su identidad, es el Hijo de Dios. Ello lo sitúa precisamente por encima de la ley. También nosotros debemos tomar conciencia de la identidad de hijos de Dios y no temer las contradicciones que nuestras actuaciones representan para algunos con quienes convivimos. Está en juego nuestra identidad. Cuaresma es renovar nuestra identidad de hijos de Dios y vivir en consecuencia.

Reza Laudes en tu dispositivo

Reza Vísperas en tu dispositivo

Jn 5,17-30

En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos:

«Mi Padre sigue actuando, y yo también actúo».

Por eso los judíos tenían más ganas de matarlo: porque no solo quebrantaba el sábado, sino también llamaba a Dios Padre suyo, haciéndose igual a Dios.

Jesús tomó la palabra y les dijo:

«En verdad, en verdad os digo: el Hijo no puede hacer nada por su cuenta sino lo que viere hacer al Padre. Lo que hace este, eso mismo hace también el Hijo, pues el Padre ama al Hijo y le muestra todo lo que él hace, y le mostrará obras mayores que esta, para vuestro asombro.

Lo mismo que el Padre resucita a los muertos y les da vida, así también el Hijo da vida a los que quiere.

Porque el Padre no juzga a nadie, sino que ha confiado al Hijo todo el juicio, para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que lo envió.

En verdad, en verdad os digo: quien escucha mi palabra y cree al que me envió posee la vida eterna y no incurre en juicio, sino que ha pasado ya de la muerte a la vida.

En verdad, en verdad os digo: llega la hora, y ya está aquí, en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que hayan oído vivirán.

Porque, igual que el Padre tiene vida en sí mismo, así ha dado también al Hijo tener vida en sí mismo. Y le ha dado potestad de juzgar, porque es el Hijo del hombre.

No os sorprenda esto, porque viene la hora en que los que están en el sepulcro oirán su voz: los que hayan hecho el bien saldrán a una resurrección de vida; los que hayan hecho el mal, a una resurrección de juicio.

Yo no puedo hacer nada por mí mismo; según le oigo, juzgo, y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió».

martes, 1 de abril de 2025

No peques más, no sea que te ocurra algo peor...

 Martes de la IV Semana de Cuaresma

Está claro que para algunos daba igual lo que estuviese ocurriendo, siempre encuentran una excusa para condenar a los otros. La curación en sábado, portar la camilla, caminar… cualquier situación se convierte en motivo de condena y persecución. El domingo veíamos que podemos caer con facilidad en las garras de estos comportamientos, como así hizo el hijo mayor del evangelio. Hoy Jesús advierte, ten cuidado, que quien quiere ver solo el mal, lo verá. Y es que es posible que nosotros andemos así también. Es tiempo de cambio, de transformación, de dejar que Dios nos haga más tiernos y misericordiosos. Cuaresma es reconocer el perdón verdadero, el del Padre que acoge y corrige, pero no reprocha.


Reza Laudes en tu dispositivo

Reza Vísperas en tu dispositivo

Jn 5,1-3.5-16

Se celebraba una fiesta de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén.

Hay en Jerusalén, junto a la Puerta de las Ovejas, una piscina que llaman en hebreo Betesda. Esta tiene cinco soportales, y allí estaban echados muchos enfermos, ciegos, cojos, paralíticos.

Estaba también allí un hombre que llevaba treinta y ocho años enfermo.

Jesús, al verlo echado, y sabiendo que ya llevaba mucho tiempo, le dice:

«¿Quieres quedar sano?».

El enfermo le contestó:

«Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se remueve el agua; para cuando llego yo, otro se me ha adelantado».

Jesús le dice:

«Levántate, toma tu camilla y echa a andar».

Y al momento el hombre quedó sano, tomó su camilla y echó a andar.

Aquel día era sábado, y los judíos dijeron al hombre que había quedado sano:

«Hoy es sábado, y no se puede llevar la camilla».

Él les contestó:

«El que me ha curado es quien me ha dicho: "Toma tu camilla y echa a andar"».

Ellos le preguntaron:

«¿Quién es el que te ha dicho que tomes la camilla y eches a andar?».

Pero el que había quedado sano no sabía quién era, porque Jesús, a causa del gentío que había en aquel sitio, se había alejado.

Más tarde lo encuentra Jesús en el templo y le dice:

«Mira, has quedado sano; no peques más, no sea que te ocurra algo peor».

Se marchó aquel hombre y dijo a los judíos que era Jesús quien lo había sanado.

Por esto los judíos perseguían a Jesús, porque hacía tales cosas en sábado.