viernes, 13 de junio de 2025

En su corazón...

 San Antonio de Padua

Viernes de la X Semana de Ordinario

Más allá de los formalismos legalistas que imponía la “ley de Moisés”, Jesús proclama una dimensión transcendental en el matrimonio, como en todas las relaciones humanas. La clave de las relaciones es el amor. Dicho amor es capaz de humanizar el ámbito de las relaciones, dentro y fuera de los estrechos lazos familiares. Y especial mención merece el papel que Jesús de da a la mujer, sometida en ese momento y durante siglos al designio de los varones.


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Mt 5,27-32

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Habéis oído que se dijo: “No cometerás adulterio”. Pero yo os digo: todo el que mira a una mujer deseándola, ya ha cometido adulterio con ella en su corazón.

Si tu ojo derecho te induce a pecar, sácatelo y tíralo. Más te vale perder un miembro que ser echado entero en la “gehenna”.

Si tu mano derecha te induce a pecar, córtatela y tírala, porque más te vale perder un miembro que ir a parar entero a la “gehenna”.

Se dijo: “El que repudie a su mujer, que le dé acta de repudio”. Pero yo os digo que si uno repudia a su mujer —no hablo de unión ilegítima— la induce a cometer adulterio, y el que se casa con la repudiada comete adulterio».

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