Lunes de la XI Semana de Ordinario
La propuesta de Jesús es un
camino rotundo y convincente hacia la paz. Cuesta entenderlo porque la dinámica
de nuestro mundo es otra. Pero no es esta la forma de actuar de Dios.
Precisamente ahora y en la tierra que vio nacer y vivir al Hijo de Dios el odio
y el rencor se han adueñado de la convivencia. La sinrazón del ojo por ojo
siembra de inhumanidad los corazones de millones de personas que se han
adentrado en un ciclo de violencia que destruye la vida humana. En este
contexto ¿cómo encajar las palabras de Jesús? ¿Cómo convertirte en testigo
veraz del evangelio cuando la sangre de muchos inocentes grita justicia? Solo
Dios puede ayudarnos a comprender, alentar y vivir por y para la paz.
Mt 5,38-42
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus
discípulos:
«Habéis oído que se dijo:
"Ojo por ojo, diente por diente". Pero yo os digo: no hagáis frente
al que os agravia. Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha,
preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, dale
también el manto; a quien te requiera para caminar una milla, acompáñale dos; a
quien te pide, dale, y al que te pide prestado, no lo rehúyas».
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