Viernes de la IV Semana de Pascua
“Señor, no sabemos a dónde ir”.
Cuántas personas repiten cada día la afirmación de Tomás. Hombre y mujeres que
en camino no encuentran el sendero. Hombres y mujeres que en la noche de la
vida se han desorientado. Hombres y mujeres que están buscando y que no dejan
de buscar. Hay tantas propuestas que no es fácil encontrar el camino. Pidamos
al Señor que nos ayude a encontrarle, para que él se convierta en nuestro
camino y nuestra vida. Para que descubramos que la verdad es el camino que nos
llena de sentido. Y seamos luz para esos caminantes alejados en permanente
búsqueda.
Jn 14,1-6
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus
discípulos:
«No se turbe vuestro corazón,
creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas moradas;
si no, os lo habría dicho, porque me voy a prepararos un lugar. Cuando vaya y
os prepare un lugar, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo
estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino». Tomás le dice:
«Señor, no sabemos adónde vas,
¿cómo podemos saber el camino?».
Jesús le responde:
«Yo soy el camino y la verdad y
la vida. Nadie va al Padre sino por mí».
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