San Felipe Neri, presbítero
Lunes de la VI Semana de Pascua
Solemos dulcificar mucho los
mensajes porque preferimos apostar por quedar bien, aunque eso suponga
renunciar a las verdades. Y seguramente todos conocemos ese refrán castellano
que dice: más vale una vez colorado que ciento amarillo. Para no herir, para no
ofender nos comemos nuestro malestar y renunciamos a ser nosotros mismos y lo
que sentimos y creemos. Por eso el Señor nos envía el Espíritu de la Verdad.
Porque no vivimos siempre en un estado de bondad infinita, sino que a veces los
vientos arrecian y las cosas no son como queremos que sean. Dar testimonio de
Jesucristo, ser misioneros, no significa renunciar a lo que creemos por agradar
a los demás, sino afrontar con la Verdad la misión.
Jn 15,26-16,4a
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus
discípulos:
«Cuando venga el Paráclito, que
os enviaré desde el Padre, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, él
dará testimonio de mí; y también vosotros daréis testimonio, porque desde el
principio estáis conmigo.
Os he hablado de esto, para que
no os escandalicéis. Os excomulgarán de la sinagoga; más aún, llegará incluso
una hora cuando el que os dé muerte pensará que da culto a Dios. Y esto lo
harán porque no han conocido ni al Padre ni a mí.
Os he hablado de esto para que,
cuando llegue la hora, os acordéis de que yo os lo había dicho».
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