San Agustín
Jueves de la XXI Semana
del T.O.
Es posible que algunos piensen al
leer este evangelio que la actitud del creyente ha de ser la del criado dócil,
obediente y sumiso. Pero eso sería reducir el verdadero sentido de la enseñanza
de Jesús. Quien de verdad ha sido seducido por el Señor y lo sigue de manera
responsable, siente la lealtad y la fidelidad como algo interior que brota del
amor que ha recibido de Dios y que quiere darlo a los demás. No es una mera
obediencia ciega, es corresponsabilidad y correspondencia porque se siente
agraciado a los ojos de Dios.
Mt 24,42-51
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus
discípulos:
«Estad en vela, porque no sabéis
qué día vendrá vuestro Señor.
Comprended que si supiera el
dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no
dejaría que abrieran un boquete en su casa.
Por eso, estad también vosotros
preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre.
¿Quién es el criado fiel y
prudente, a quien el señor encarga de dar a la servidumbre la comida a sus
horas?
Bienaventurado ese criado, si el
señor, al llegar, lo encuentra portándose así. En verdad os digo que le
confiará la administración de todos sus bienes.
Pero si dijere aquel mal siervo
para sus adentros: "Mi señor tarda en llegar", y empieza a pegar a
sus compañeros, y a comer y a beber con los borrachos, el día y la hora que
menos se lo espera, llegará el amo y lo castigará con rigor y le hará compartir
la suerte de los hipócritas.
Allí será el llanto y el rechinar
de dientes».
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