miércoles, 6 de agosto de 2025

Este es mi hijo, escuchadlo!!

 Transfiguración del Señor

Miércoles de la XVIII Semana del T.O.

Asistimos a esta maravillosa representación de la esperanza que se esconde tras el camino que Jesús va a comenzar. Ante el fracaso aparente de la cruz, aparece la verdad de su destino, que no es otra cosa que hacer la voluntad del Padre. Y el Padre nos lo presenta como su Hijo, y por ello merece la pena que lo escuchemos. Los discípulos quieren que el momento perdure, pero Jesús nos aclara que la luz apenas vislumbrada se realiza en el camino.


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Lc 9,28b-36

En aquel tiempo, tomó Jesús a Pedro, a Juan y a Santiago y subió a lo alto del monte para orar. Y, mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió y sus vestidos brillaban de resplandor.

De repente, dos hombres conversaban con él: eran Moisés y Elías, que, apareciendo con gloria, hablaban de su éxodo, que él iba a consumar en Jerusalén.

Pedro y sus compañeros se caían de sueño, pero se espabilaron y vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él.

Mientras estos se alejaban de él, dijo Pedro a Jesús:

«Maestro, ¡qué bueno es que estemos aquí! Haremos tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías».

No sabía lo que decía.

Todavía estaba diciendo esto, cuando llegó una nube que los cubrió con su sombra. Se llenaron de temor al entrar en la nube.

Y una voz desde la nube decía:

«Este es mi Hijo, el Elegido, escuchadlo».

Después de oírse la voz, se encontró Jesús solo. Ellos guardaron silencio y, por aquellos días, no contaron a nadie nada de lo que habían visto.

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