viernes, 4 de abril de 2025

A mí me conocéis...

 Viernes de la IV Semana de Cuaresma

Ante Jesús nadie queda indiferente. Él siempre nos pide una respuesta, una decisión de entrega total. Y esta respuesta no puede quedarse en un deseo abstracto, sino que marca la vida y la define. Optar por Jesús es acoger a la sabiduría como compañera de camino; rechazarle es caer en brazos de la necedad. Cuaresma es responder a Jesús con la entrega total.


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Jn 7,1-2.10.25-30

En aquel tiempo, recorría Jesús Galilea, pues no quería andar por Judea porque los judíos trataban de matarlo. Se acercaba la fiesta judía de las Tiendas.

Una vez que sus hermanos se hubieron marchado a la fiesta, entonces subió él también, no abiertamente, sino a escondidas.

Entonces algunos que eran de Jerusalén dijeron:

«¿No es este el que intentan matar? Pues mirad cómo habla abiertamente, y no le dicen nada. ¿Será que los jefes se han convencido de que este es el Mesías? Pero este sabemos de dónde viene, mientras que el Mesías, cuando llegue, nadie sabrá de dónde viene».

Entonces Jesús, mientras enseñaba en el templo, gritó:

«A mí me conocéis, y conocéis de dónde vengo. Sin embargo, yo no vengo por mi cuenta, sino que el Verdadero es el que me envía; a ese vosotros no lo conocéis; yo lo conozco, porque procedo de él y él me ha enviado».

Entonces intentaban agarrarlo; pero nadie le pudo echar mano, porque todavía no había llegado su hora.

miércoles, 2 de abril de 2025

Porque es el Hijo del hombre...

San Francisco de Paula

 Miércoles de la IV Semana de Cuaresma

Tras la situación contradictoria que han vivido los discípulos después de la curación del paralítico, Jesús pone de manifiesto su identidad, es el Hijo de Dios. Ello lo sitúa precisamente por encima de la ley. También nosotros debemos tomar conciencia de la identidad de hijos de Dios y no temer las contradicciones que nuestras actuaciones representan para algunos con quienes convivimos. Está en juego nuestra identidad. Cuaresma es renovar nuestra identidad de hijos de Dios y vivir en consecuencia.

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Jn 5,17-30

En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos:

«Mi Padre sigue actuando, y yo también actúo».

Por eso los judíos tenían más ganas de matarlo: porque no solo quebrantaba el sábado, sino también llamaba a Dios Padre suyo, haciéndose igual a Dios.

Jesús tomó la palabra y les dijo:

«En verdad, en verdad os digo: el Hijo no puede hacer nada por su cuenta sino lo que viere hacer al Padre. Lo que hace este, eso mismo hace también el Hijo, pues el Padre ama al Hijo y le muestra todo lo que él hace, y le mostrará obras mayores que esta, para vuestro asombro.

Lo mismo que el Padre resucita a los muertos y les da vida, así también el Hijo da vida a los que quiere.

Porque el Padre no juzga a nadie, sino que ha confiado al Hijo todo el juicio, para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que lo envió.

En verdad, en verdad os digo: quien escucha mi palabra y cree al que me envió posee la vida eterna y no incurre en juicio, sino que ha pasado ya de la muerte a la vida.

En verdad, en verdad os digo: llega la hora, y ya está aquí, en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que hayan oído vivirán.

Porque, igual que el Padre tiene vida en sí mismo, así ha dado también al Hijo tener vida en sí mismo. Y le ha dado potestad de juzgar, porque es el Hijo del hombre.

No os sorprenda esto, porque viene la hora en que los que están en el sepulcro oirán su voz: los que hayan hecho el bien saldrán a una resurrección de vida; los que hayan hecho el mal, a una resurrección de juicio.

Yo no puedo hacer nada por mí mismo; según le oigo, juzgo, y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió».

martes, 1 de abril de 2025

No peques más, no sea que te ocurra algo peor...

 Martes de la IV Semana de Cuaresma

Está claro que para algunos daba igual lo que estuviese ocurriendo, siempre encuentran una excusa para condenar a los otros. La curación en sábado, portar la camilla, caminar… cualquier situación se convierte en motivo de condena y persecución. El domingo veíamos que podemos caer con facilidad en las garras de estos comportamientos, como así hizo el hijo mayor del evangelio. Hoy Jesús advierte, ten cuidado, que quien quiere ver solo el mal, lo verá. Y es que es posible que nosotros andemos así también. Es tiempo de cambio, de transformación, de dejar que Dios nos haga más tiernos y misericordiosos. Cuaresma es reconocer el perdón verdadero, el del Padre que acoge y corrige, pero no reprocha.


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Jn 5,1-3.5-16

Se celebraba una fiesta de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén.

Hay en Jerusalén, junto a la Puerta de las Ovejas, una piscina que llaman en hebreo Betesda. Esta tiene cinco soportales, y allí estaban echados muchos enfermos, ciegos, cojos, paralíticos.

Estaba también allí un hombre que llevaba treinta y ocho años enfermo.

Jesús, al verlo echado, y sabiendo que ya llevaba mucho tiempo, le dice:

«¿Quieres quedar sano?».

El enfermo le contestó:

«Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se remueve el agua; para cuando llego yo, otro se me ha adelantado».

Jesús le dice:

«Levántate, toma tu camilla y echa a andar».

Y al momento el hombre quedó sano, tomó su camilla y echó a andar.

Aquel día era sábado, y los judíos dijeron al hombre que había quedado sano:

«Hoy es sábado, y no se puede llevar la camilla».

Él les contestó:

«El que me ha curado es quien me ha dicho: "Toma tu camilla y echa a andar"».

Ellos le preguntaron:

«¿Quién es el que te ha dicho que tomes la camilla y eches a andar?».

Pero el que había quedado sano no sabía quién era, porque Jesús, a causa del gentío que había en aquel sitio, se había alejado.

Más tarde lo encuentra Jesús en el templo y le dice:

«Mira, has quedado sano; no peques más, no sea que te ocurra algo peor».

Se marchó aquel hombre y dijo a los judíos que era Jesús quien lo había sanado.

Por esto los judíos perseguían a Jesús, porque hacía tales cosas en sábado.

lunes, 31 de marzo de 2025

Anda, tu hijo vive...

 Lunes de la IV Semana de Cuaresma

Solo después de ver signos y prodigios sus propios paisanos lo recibieron bien. Ni siquiera dice el evangelio que confiaran en él o creyeran en él. Simplemente lo recibieron bien. Entendemos que cordialmente. Pero Jesús sigue viendo los vestigios de la duda, de la increencia. Muy pocos confían. Entre ellos el padre del niño que se debate entre la vida y la muerte y que tras el encuentro con Jesús regresa a casa esperanzado en que su palabra de cumpla. Y se cumple. Y la fe consuela el amor del padre. También Cuaresma es depositar la fe en aquel que de verdad nos la puede sostener.


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Jn 4,43-54

En aquel tiempo, salió Jesús de Samaría para Galilea.

Jesús mismo había atestiguado:

«Un profeta no es estimado en su propia patria».

Cuando llegó a Galilea, los galileos lo recibieron bien, porque habían visto todo lo que había hecho en Jerusalén durante la fiesta, pues también ellos habían ido a la fiesta.

Fue Jesús otra vez a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino.

Había un funcionario real que tenía un hijo enfermo en Cafarnaún. Oyendo que Jesús había llegado de Judea a Galilea, fue a verlo, y le pedía que bajase a curar a su hijo que estaba muriéndose.

Jesús le dijo:

«Si no veis signos y prodigios, no creéis».

El funcionario insiste:

«Señor, baja antes de que se muera mi niño».

Jesús le contesta:

«Anda, tu hijo vive».

El hombre creyó en la palabra de Jesús y se puso en camino. Iba ya bajando, cuando sus criados vinieron a su encuentro diciéndole que su hijo vivía. Él les preguntó a qué hora había empezado la mejoría. Y le contestaron:

«Ayer a la hora séptima lo dejó la fiebre».

El padre cayó en la cuenta de que esa era la hora en que Jesús le había dicho: «Tu hijo vive». Y creyó él con toda su familia.

Este segundo signo lo hizo Jesús al llegar de Judea a Galilea.

domingo, 30 de marzo de 2025

Celebremos un banquete...

 IV Domingo de Cuaresma

Posiblemente nos hemos detenido siempre en la actitud del más joven de los hermanos quien, tras derrochar sus bienes, regresa a la casa del padre vacío en todos los aspectos. Y sí, esa es la actitud del arrepentido que regresa a recuperar la dignidad tras haberla perdido en un comportamiento reprobable. Digamos que nosotros estamos más próximos al hijo mayor, a aquel que por haber quedado en la casa del padre ha creído heredar la capacidad de juzgar de su padre. Él pone el baremo y mide los resultados en función de su propia justicia. Pero el Padre no es así. El Padre es tierno, acogedor y misericordioso. Y quizá es de él de quien debemos aprender. Cuaresma es acercarse más a Dios para aprender a ver y hacer según su misericordia.


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Lc 15,1-3.11-32

En aquel tiempo, solían acercarse a Jesús todos los publicanos y pecadores a escucharlo. Y los fariseos y los escribas murmuraban diciendo:

«Ese acoge a los pecadores y come con ellos».

Jesús les dijo esta parábola:

«Un hombre tenía dos hijos; el menor de ellos dijo a su padre:

"Padre, dame la parte que me toca de la fortuna".

El padre les repartió los bienes.

No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, se marchó a un país lejano, y allí derrochó su fortuna viviendo perdidamente. Cuando lo había gastado todo, vino por aquella tierra un hambre terrible, y empezó él a pasar necesidad.

Fue entonces y se contrató con uno de los ciudadanos de aquel país que lo mandó a sus campos a apacentar cerdos. Deseaba saciarse de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba nada.

Recapacitando entonces, se dijo:

"Cuántos jornaleros de mi padre tienen abundancia de pan, mientras yo aquí me muero de hambre. Me levantaré, me pondré en camino adonde está mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo: trátame como a uno de tus jornaleros".

Se levantó y vino adonde estaba su padre; cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se le conmovieron las entrañas; y, echando a correr, se le echó al cuello y lo cubrió de besos.

Su hijo le dijo:

"Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo".

Pero el padre dijo a sus criados:

"Sacad enseguida la mejor túnica y vestídsela; ponedle un anillo en la mano y sandalias en los pies; traed el ternero cebado y sacrificadlo; comamos y celebremos un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ha revivido; estaba perdido y lo hemos encontrado".

Y empezaron a celebrar el banquete.

Su hijo mayor estaba en el campo. Cuando al volver se acercaba a la casa, oyó la música y la danza, y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello.

Este le contestó:

"Ha vuelto tu hermano; y tu padre ha sacrificado el ternero cebado, porque lo ha recobrado con salud".

Él se indignó y no quería entrar, pero su padre salió e intentaba persuadirlo.

Entonces él respondió a su padre:

"Mira: en tantos años como te sirvo, sin desobedecer nunca una orden tuya, a mí nunca me has dado un cabrito para tener un banquete con mis amigos; en cambio, cuando ha venido ese hijo tuyo que se ha comido tus bienes con malas mujeres, le matas el ternero cebado".

El padre le dijo:

"Hijo, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo; pero era preciso celebrar un banquete y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido; estaba perdido y lo hemos encontrado"».

viernes, 28 de marzo de 2025

No estás lejos del reino...

 Viernes de la III Semana de Cuaresma

Es posible que cuando nos acerquemos a este radical mandamiento del amor lo hagamos desde la legalidad, desde la norma. Como muy posiblemente muchos miembros del judaísmo oficial se acercaron a Jesús, con la sospecha de los cumplidores de normas. Pero las normas en las que Dios se fija son las del corazón, las del interior del hombre, las de la intención. No basta con enumerar o nombrar la ley, Jesús pide interiorizarla de manera que mueva nuestra vida interior. Pero sabiéndola ya hemos dado un paso, ahora falta que la hagamos norma interior de nuestra vida. Cuaresma es identificarse cada vez más con Dios, con quien es amor.


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Mc 12,28b-34

En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó:

«¿Qué mandamiento es el primero de todos?».

Respondió Jesús:

«El primero es: «Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser». El segundo es este: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo». No hay mandamiento mayor que estos».

El escriba replicó:

«Muy bien, Maestro, sin duda tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios».

Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo:

«No estás lejos del reino de Dios».

Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.

miércoles, 26 de marzo de 2025

He venido a dar plenitud...

 Miércoles de la III Semana de Cuaresma

El cumplimiento de la ley no se agota en las letras que la componen. No. Y lo cierto es que muchas veces es en lo que nos quedamos, en el lugar donde está la coma o en las palabras compuestas. Pero no, el cumplimiento, la plenitud están en Jesucristo. Él se constituye en ley, pero porque es la voluntad explícita de Dios. Y dicha voluntad pasa por un filtro inquietante que todo lo revoluciona, el amor. Cuaresma es recurrir, sin miedo y constantemente, al filtro del amor de Dios.


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Mt 5,17-19

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«No creáis que he venido a abolir la Ley y los Profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud.

En verdad os digo que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la ley.

El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos.

Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos».

martes, 25 de marzo de 2025

Alégrate, el Señor está contigo...

La Anunciación del Señor 

Martes de la III Semana de Cuaresma

¿Y si el evangelio de hoy empezase así: el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una provincia del noroeste español llamada Zamora…? ¿Y si se dirigiese a ti? No me digas cual sería tu respuesta. Pero medita en tu interior qué le responderías. No sé si encontrarías excusas de esas que inventamos cuando no queremos escuchar. O quizá de esas tan socorridas en los momentos de aprieto. Dios sigue necesitando de tus manos, de tu compromiso y de tu energía para extender su reino. Hazte un pequeño favor y, al menos, hazte estas preguntas y esta reflexión a la luz del evangelio, porque Dios quiere alegrar tu vida. Cuaresma también es alegrarse por la llamada de Dios a seguirle en lo cotidiano, en lo elegido, en tu vocación.


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Lc 1,26-38

En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María.

El ángel, entrando en su presencia, dijo:

«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo».

Ella se turbó grandemente ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquel. El ángel le dijo:

«No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin».

Y María dijo al ángel:

«¿Cómo será eso, pues no conozco varón?».

El ángel le contestó:

«El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer será llamado Hijo de Dios. También tu pariente Isabel ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, "porque para Dios nada hay imposible"».

María contestó:

«He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra».

Y el ángel se retiró.

lunes, 24 de marzo de 2025

Lo echaron del pueblo...

 Lunes de la III Semana de Cuaresma

No deberíamos dejar de escuchar la Palabra de Dios que hoy nos hace llegar. Somos muy dados a confiar, a veces ciegamente, en aquellos que desde dentro de las paredes de la iglesia nos animan y alientan, pero cuidado, Dios segue actuando en la historia, en cada circunstancia y a través de las diversas mediaciones que elige. No deberíamos despreciar aquellas intervenciones de “los de fuera”, también a Jesús lo rechazaron. Cuaresma es tener los sentidos bien abiertos y orientados a la acción de Dios.


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Lc 4,24-30

Habiendo llegado Jesús a Nazaret, le dijo al pueblo en la sinagoga:

«En verdad os digo que ningún profeta es aceptado en su pueblo. Puedo aseguraros que en Israel había muchas viudas en los días de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías sino a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, sin embargo, ninguno de ellos fue curado sino Naamán, el sirio».

Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo echaron fuera del pueblo y lo llevaron hasta un precipicio del monte sobre el que estaba edificado su pueblo, con intención de despeñarlo.

Pero Jesús se abrió paso entre ellos y seguía su camino.

domingo, 23 de marzo de 2025

Déjala todavía este año...

 III Domingo de Cuaresma

De Galilea a Jerusalén, Jesús va instruyendo a los discípulos. Les habla de la amenaza que representa para la vida la maldad humana, o la que apremia la incontrolable naturaleza. Pero también les habla de otra forma de negación de la vida representada en la higuera estéril. El viñador responde con el esfuerzo para obtener frutos del árbol. Así actúa Dios en la historia, a través de personas, acontecimientos o sacramentos en esta cuaresma. Nosotros estamos llamados a pasar del egoísmo a la generosidad, de la tristeza al gozo, de la desesperación a la esperanza, de la muerte a la vida. Cuaresma es tiempo de actuar, de conversión.


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Lc 13,1-9

En aquel momento se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos, cuya sangre había mezclado Pilato con la de los sacrificios que ofrecían.

Jesús respondió:

«¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos porque han padecido todo esto? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis lo mismo. O aquellos dieciocho sobre los que cayó la torre en Siloé y los mató, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera».

Y les dijo esta parábola:

«Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró.

Dijo entonces al viñador:

"Ya ves, tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a perjudicar el terreno?".

Pero el viñador respondió:

"Señor, déjala todavía este año y mientras tanto yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto en adelante. Si no, la puedes cortar"».

viernes, 21 de marzo de 2025

Comprendieron que hablaba de ellos...

 Viernes de la II Semana de Cuaresma

Hoy empezamos por la pregunta ¿Quiénes son hoy los ancianos y sacerdotes que escuchan la Palabra como si no tuviese nada que ver con ellos? No hace falta responder enseguida. Pero sí que es oportuno que nos miremos en el espejo del Evangelio de hoy. Porque quizá no matamos, pero con nuestras actitudes silenciamos, apuntamos, etiquetamos y evitamos que el Reino de Dios continúe creciendo. Cuaresma es tiempo de introspección a la luz del evangelio.


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Mt 21,33-43.45-46

En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:

«Escuchad otra parábola:

"Había un propietario que plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó en ella un lagar, construyó una torre, la arrendó a unos labradores y se marchó lejos.

Llegado el tiempo de los frutos, envió sus criados a los labradores para percibir los frutos que le correspondían. Pero los labradores, agarrando a los criados, apalearon a uno, mataron a otro y a otro lo apedrearon.

Envió de nuevo otros criados, más que la primera vez, e hicieron con ellos lo mismo. Por último, les mandó a su hijo diciéndose: ‘Tendrán respeto a mi hijo’.

Pero los labradores, al ver al hijo se dijeron: ‘Este es el heredero: venid, lo matamos y nos quedamos con su herencia’.

Y agarrándolo, lo sacaron fuera de la viña y lo mataron.

Cuando vuelva el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?"».

Le contestan:

«Hará morir de mala muerte a esos malvados y arrendará la viña a otros labradores que le entreguen los frutos a su tiempo».

Y Jesús les dice:

«¿No habéis leído nunca en la Escritura:

"La piedra que desecharon los arquitectos

es ahora la piedra angular.

Es el Señor quien lo ha hecho,

ha sido un milagro patente"?

Por eso os digo que se os quitará a vosotros el reino de Dios y se dará a un pueblo que produzca sus frutos».

Los sumos sacerdotes y los fariseos, al oír sus parábolas, comprendieron que hablaba de ellos.

Y, aunque intentaban echarle mano, temieron a la gente, que lo tenía por profeta.

jueves, 20 de marzo de 2025

Recuerda que recibiste tus bienes...

 Jueves de la II Semana de Cuaresma

Si leemos con detenimiento el evangelio de hoy, Lucas no hace un juicio de valor sobre la riqueza Tampoco nosotros deberíamos hacerlo. La riqueza solo es “mala” cuando se apodera del corazón de las personas. Cuando ser rico te impide ver un poco más allá de la montaña de bienes que has ido acumulando. Cuando entre tus prioridades no hay hueco para otra cosa que no sea acumular más y más. En esos casos la riqueza se convierte en un obstáculo para ti, para los demás y para tu relación con Dios. Cuaresme es descubrir cuáles son las prioridades que nos ayudan a construirnos más y más al modo de Jesús.


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Lc 16,19-31

En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos:

«Había un hombre rico que se vestía de púrpura y de lino y banqueteaba cada día.

Y un mendigo llamado Lázaro estaba echado en su portal, cubierto de llagas, y con ganas de saciarse de lo que caía de la mesa del rico.

Y hasta los perros venían y le lamían las llagas.

Sucedió que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abrahán.

Murió también el rico y fue enterrado. Y, estando en el infierno, en medio de los tormentos, levantó los ojos y vio de lejos a Abrahán, y a Lázaro en su seno, y gritando, dijo:

"Padre Abrahán, ten piedad de mí y manda a Lázaro que moje en agua la punta del dedo y me refresque la lengua, porque me torturan estas llamas".

Pero Abrahán le dijo:

"Hijo, recuerda que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro, a su vez, males: por eso ahora él es aquí consolado, mientras que tú eres atormentado.

Y, además, entre nosotros y vosotros se abre un abismo inmenso, para que los que quieran cruzar desde aquí hacia vosotros no puedan hacerlo, ni tampoco pasar de ahí hasta nosotros".

Él dijo:

"Te ruego, entonces, padre, que le mandes a casa de mi padre, pues tengo cinco hermanos: que les dé testimonio de estas cosas, no sea que también ellos vengan a este lugar de tormento".

Abrahán le dice:

"Tienen a Moisés y a los profetas: que los escuchen".

Pero él le dijo:

"No, padre Abrahán. Pero si un muerto va a ellos, se arrepentirán".

Abrahán le dijo:

"Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no se convencerán ni aunque resucite un muerto"».

martes, 18 de marzo de 2025

No os dejéis llamar maestros...

San Cirilo de Jerusalén, obispo y doctor 

Martes de la II Semana de Cuaresma

La misión del discipulado no es acumular bienes materiales ni poder. De eso ya se encargan otros. Dios desvela su identidad en la elección preferencial por los más pobres y, en consecuencia, no hay otra autoridad que el servicio a los preferidos de Dios. Por eso nunca se debe entender el servicio en la Iglesia como un poder y ay de aquellos que así lo entiendan, porque contravienen los deseos de Dios. Cuaresma es revisar el ejercicio de la autoridad, es ponerse al servicio de la comunidad y caminar hacia Dios.


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Mt 23,1-12

En aquel tiempo, Jesús habló a la gente y a los discípulos, diciendo:

«En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos: haced y cumplid todo lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos dicen, pero no hacen.

Lían fardos pesados y se los cargan a la gente en los hombros, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar.

Todo lo que hacen es para que los vea la gente: alargan las filacterias y agrandan las orlas del manto; les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencias en las plazas y que la gente los llame "rabbí".

Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar "rabbí", porque uno solo es vuestro maestro y todos vosotros sois hermanos.

Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el del cielo.

No os dejéis llamar maestros, porque uno solo es vuestro maestro, el Mesías.

El primero entre vosotros será vuestro servidor.

El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido».

lunes, 17 de marzo de 2025

Como vuestro Padre es misericordioso...

San Patricio, obispo 

Martes de la II Semana de Cuaresma

Sed misericordiosos, perdonad, no juzguéis, no condenéis, dad… Y así podrían extenderse más y más acciones que habitualmente exigimos a los que nos rodean, a aquellos con quienes construimos nuestra vida cotidiana. Pero ¿las practicamos nosotros? ¿Somos proactivos en el perdón, en la generosidad? Seamos como Dios es. Actuemos con los demás como nos gustaría que nos tratasen. Pero hagámoslo convencidos de que Dios nos hace hermanos a todos. Cuaresma es fomentar las mismas actitudes de Dios.


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Lc 6,36-38

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso; no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados; dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante, pues con la medida con que midiereis se os medirá a vosotros».

domingo, 16 de marzo de 2025

Este es mi Hijo, el elegido, escuchadlo...

 II Domingo de Cuaresma

Seguir al Señor no resulta fácil. Como tampoco lo fue para sus discípulos directos. Jesús les pide que lo sigan, pero el camino cuaresmal que iniciaron a su lado no fue fácil. Además de los signos, los milagros, los prodigios y las palabras certeras que alentaban el caminar, también estaba la cruz. Y la cruz no es apetecible ni seductora. Quizá por eso, cuando van descubriendo la dureza de la cruz, Jesús les hace un guiño. La cruz no es el final, aunque forma parte del camino. El Padre no falla, siempre está. Guía, acompaña y resucita. Cuaresma también es cruz, pero sobre todo es esperanza.


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Lc 9,28b-36

En aquel tiempo, tomó Jesús a Pedro, a Juan y a Santiago y subió a lo alto del monte para orar. Y, mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió y sus vestidos brillaban de resplandor.

De repente, dos hombres conversaban con él: eran Moisés y Elías, que, apareciendo con gloria, hablaban de su éxodo, que él iba a consumar en Jerusalén.

Pedro y sus compañeros se caían de sueño, pero se espabilaron y vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él.

Mientras estos se alejaban de él, dijo Pedro a Jesús:

«Maestro, ¡qué bueno es que estemos aquí! Haremos tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías».

No sabía lo que decía.

Todavía estaba diciendo esto, cuando llegó una nube que los cubrió con su sombra. Se llenaron de temor al entrar en la nube.

Y una voz desde la nube decía:

«Este es mi Hijo, el Elegido, escuchadlo».

Después de oírse la voz, se encontró Jesús solo. Ellos guardaron silencio y, por aquellos días, no contaron a nadie nada de lo que habían visto.

 

 

viernes, 14 de marzo de 2025

Si vuestra justicia no es mayor...

 

Viernes de la I Semana de Cuaresma

La justicia de fariseos y escribas no es más que la justicia de los hombres. La tuya, la mía, la de todos. La que sale de nuestra forma de sentir y pensar. A veces esa que hemos consensuado viviendo en sociedad. Pero la de Dios no es así. La de Dios es otra justicia. ¿Justa? Por supuesto. Pero además está envuelta por la ternura y la misericordia. Cuaresma es mirar con los ojos de Dios y dejar que él transforme nuestro corazón para que cada día se parezca más al suyo.


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Mt 5,20-26

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.

Habéis oído que se dijo a los antiguos: "No matarás", y el que mate será reo de juicio. Pero yo os digo: todo el que se deja llevar de la cólera contra su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano "imbécil", tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama "necio", merece la condena de la "gehena" del fuego.

Por tanto, si cuando vas a presentar tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda.

Con el que te pone pleito procura arreglarte enseguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. En verdad te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último céntimo».

jueves, 13 de marzo de 2025

Vuestro Padre os dará cosas buenas...

 Jueves de la I Semana de Cuaresma

Pedid… Buscad… Llamad… Así de fácil es contactar con Dios. No necesitas nada especial. Conecta a la primera y ante los anhelos humanos más todavía. Pero es verdad que hay algo importante y que no se nos debe olvidar. Es necesario que nuestra disponibilidad para escuchar y ver esté al 100%. Porque Cuaresma es ponerse en camino, en actitud de búsqueda.


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Mt 7,7-12

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá; porque todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre.

Si a alguno de vosotros le pide su hijo pan, ¿le dará una piedra?; y si le pide pescado, ¿le dará una serpiente? Pues si vosotros, aun siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que le piden!

Así, pues, todo lo que deseáis que los demás hagan con vosotros, hacedlo vosotros con ellos; pues esta es la Ley y los Profetas».

miércoles, 12 de marzo de 2025

Ellos se convirtieron...

 Miércoles de la I Semana de Cuaresma

No es extraño el enfado o la decepción de Jesús con sus contemporáneos. Pero igual podría disgustarse con los creyentes del siglo XXI. Muy dados a emitir juicios inminentes sobre los de fuera de las paredes de nuestros templos y poco acogedores y misericordiosos. Sí, no nos engañemos, esta generación no acaba de saber ser fieles, leales y comprometidos a la vez que acogedores, sanadores y misericordiosos. Cuaresma es dejar que Dios transforme nuestro corazón y lo enternezca.


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Lc 11,29-32

En aquel tiempo, la gente se apiñaba alrededor de Jesús, y él se puso a decirles:

«Esta generación es una generación perversa. Pide un signo, pero no se le dará más signo que el signo de Jonás. Pues como Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para esta generación.

La reina del Sur se levantará en el juicio contra los hombres de esta generación y hará que los condenen, porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón.

Los hombres de Nínive se alzarán en el juicio contra esta generación y harán que la condenen; porque ellos se convirtieron con la proclamación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás».

martes, 11 de marzo de 2025

Cuando recéis...

 Martes de la I Semana de Cuaresma

La oración no es el invento de la Iglesia Católica para que la cuaresma sea un tiempo perfecto. La oración es el vínculo necesario que un padre tiene con sus hijos y los hijos con el Padre. Porque la oración no es una acción repetitiva, es el diálogo íntimo, sincero, profundo y comprometido que el creyente tiene con Dios. Esa oración diaria y constante construye los lazos de una relación duradera y leal. Cuaresma es recuperar ese diálogo intenso con Dios.


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Mt 6,7-15

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Cuando recéis, no uséis muchas palabras, como los gentiles, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso. No seáis como ellos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes de que lo pidáis. Vosotros orad así:

"Padre nuestro que estás en el cielo,

santificado sea tu nombre,

venga a nosotros tu reino,

hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo,

danos hoy nuestro pan de cada día,

perdona nuestras ofensas,

como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden,

no nos dejes caer en la tentación,

y líbranos del mal".

Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, también os perdonará vuestro Padre celestial, pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas».

lunes, 10 de marzo de 2025

¿Cuándo te vimos...?

 Lunes de la I Semana de Cuaresma

Tras escuchar y meditar ayer el relato de las tentaciones, hoy nos encontramos con este otro relato que da sentido a todo. Dios no quiere un mesianismo espectacular y ruidoso al estilo de los reinos de la tierra, porque Dios no es así. Dios es misericordia, es amor y los creyentes prolongamos su obra en la tierra cada vez que actuamos como Dios es, con misericordia, con humildad y sencillez; con honestidad y generosidad. Desprendidos y desinteresados. Así es nuestro Dios. Cuaresma es reconocer a Dios y hacerlo visible a través de nuestras obras.


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Mt 25,31-46

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Cuando venga en su gloria el Hijo del hombre, y todos los ángeles con él, se sentará en el trono de su gloria y serán reunidas ante él todas las naciones.

Él separará a unos de otros, como un pastor separa las ovejas de las cabras.

Y pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda.

Entonces dirá el rey a los de su derecha:

“Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo.

Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme”.

Entonces los justos le contestarán:

“Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?; ¿cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos?; ¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?”.

Y el rey les dirá:

“En verdad os digo que cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis”.

Entonces dirá a los de su izquierda:

“Apartaos de mí, malditos, id al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, fui forastero y no me hospedasteis, estuve desnudo y no me vestisteis, enfermo y en la cárcel y no me visitasteis”.

Entonces también estos contestarán:

“Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo, o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?”.

Él les replicará:

“En verdad os digo: lo que no hicisteis con uno de estos, los más pequeños, tampoco lo hicisteis conmigo”.

Y estos irán al castigo eterno y los justos a la vida eterna».