viernes, 31 de mayo de 2019

¿Cabizbajos? ¿Por qué...?


La visitación de la Virgen María
La visita de María a Isabel genera una alegría inmensa. La visita del Resucitado a la Iglesia debe ser signo de una inmensa y contagiosa alegría. Con qué facilidad se nos percibe a los cristianos tristes, cabizbajos, … Hemos convertido nuestra fe en un cúmulo de compromisos éticos y hemos olvidado que el verdadero motor de nuestra fe es la irrenunciable alegría de la buena noticia. Pascua es un tiempo de gracia para recuperar la presencia alegre del resucitado en nuestros corazones.


Lc 1,39-56
En aquellos días, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito:
-«¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.»
María dijo:
-«Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia
-como lo habla prometido a nuestros padres –
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.»
María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su casa.


jueves, 30 de mayo de 2019

La verdadera alegría...


Esta especia de acertijo del Evangelista Juan es el juego propio de los que aceptan y reciben la Palabra de Dios y los que la rechazan. El rechazo a Jesús puede suponer para unos una alegría superficial y para los creyentes una tristeza inmensa. Pero la verdadera alegría llegará sí o sí. La fe y la perseverancia son valores inseparables en la vida del creyente.



Jn 16,16-20
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
- «Dentro de poco ya no me veréis, pero poco más tarde me volveréis a ver.»
Comentaron entonces algunos discípulos:
- «¿Qué significa eso de "dentro de poco ya no me veréis, pero poco más tarde me volveréis a ver", y eso de "me voy con el Padre"?»
Y se preguntaban:
- «¿Qué significa ese "poco"? No entendemos lo que dice.»
Comprendió Jesús que querían preguntarle y les dijo:
- «¿Estáis discutiendo de eso que os he dicho: "Dentro de poco ya no me veréis, pero poco más tarde me volveréis a ver"? Pues sí, os aseguro que lloraréis y os lamentaréis vosotros, mientras el mundo estará alegre; vosotros estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría.»

miércoles, 29 de mayo de 2019

Una Iglesia que comunica...


El Espíritu es el gran comunicador de la vida de la Iglesia. Por eso la vocación de la Iglesia es la de comunicar el gran tesoro que ha recibido. Entre el don y la tarea la Iglesia camina hacia adelante para ir haciendo presente el Reino de Dios. El Espíritu es garantía de la autenticidad de la comunicación de la Iglesia.

Jn 16,12-15
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
- «Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora; cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena. Pues lo que hable no será suyo: hablará de lo que oye y os comunicará lo que está por venir.
El me glorificará, porque recibirá de mí lo que os irá comunicando.
Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he dicho que tomará de lo mío y os lo anunciará.»

martes, 28 de mayo de 2019

Os conviene que yo me vaya...


El envío del Espíritu está sujeto a la marcha de Jesús de entre los suyos, aunque suponga la tristeza de los discípulos. Es el anuncio de que se inicia un tiempo radicalmente nuevo, pero con los cimientos del Reino puestos ya. El sacrificio de amor y la resurrección han dado cumplimiento a la Alianza Definitiva.

Jn 16,5-11
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
- «Ahora me voy al que me envió, y ninguno de vosotros me pregunta: "¿Adónde vas?" Sino que, por haberos dicho esto, la tristeza os ha llenado el corazón. Sin embargo, lo que os digo es la verdad: os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Defensor. En cambio, si me voy, os lo enviaré.
Y cuando venga, dejará convicto al mundo con la prueba de un pecado, de una justicia, de una condena. De un pecado, porque no creen en mí; de una justicia, porque me voy al Padre, y no me veréis; de una condena, porque el Príncipe de este mundo está condenado.»

lunes, 27 de mayo de 2019

El Espíritu de la Verdad...


El Espíritu Santo es Espíritu de Verdad. Es garantía de que el mensaje y la vida de Jesús continúan presentes en la vida de los primeros creyentes y en la vida de la Iglesia hasta hoy. Cada día la Iglesia necesita de ese Espíritu que la ayude a renovar siempre la verdad asentada en el recuerdo y la actualización de la vida de Cristo, entregada por amor a los hombres.

Jn 15,26-16,4a
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
- «Cuando venga el Defensor, que os enviaré desde el Padre, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, él dará testimonio de mí; y también vosotros daréis testimonio, porque desde el principio estáis conmigo.
Os he hablado de esto, para que no tambaleéis. Os excomulgarán de la sinagoga; más aún, llegará incluso una hora cuando el que os dé muerte pensará que da culto a Dios. Y esto lo harán porque no han conocido ni al Padre ni a mí.
Os he hablado de esto para que, cuando llegue la hora, os acordéis de que yo os lo había dicho.»

domingo, 26 de mayo de 2019

Él será quien os lo enseñe todo...


IV Domingo de Pascua
Jesús anuncia la venida del Espíritu Santo. Ese gran olvidado de nuestra vida de fe. El artífice del tiempo de la Iglesia, la persona de la Trinidad que invocamos para que nos asista, para que guíe la senda de la Iglesia. Repitamos en los próximos días las palabras que se refieren al Espíritu Santo en el Credo.

Jn 14,23-29
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
- El que me ama guardará mi palabra y mi Padre lo amará y vendremos a él y haremos morada en él. El que no me ama no guardará mis palabras. Y la palabra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me envió.
Os he hablado ahora que estoy a vuestro lado; pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho.
La Paz os dejo, mi Paz os doy: No os la doy como la da el mundo. Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir: «Me voy y vuelvo a vuestro lado.» Si me amarais os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, sigáis creyendo.

sábado, 25 de mayo de 2019

Yo os he escogido...


Los cristianos vivimos en la misma sociedad que el resto de nuestros semejantes. Precisamente por ello tenemos la tentación de hacer y ser como el resto. Sin embargo, nuestras prioridades están configuradas por nuestra fe. Ello nos diferencia. Esperamos y luchamos por hacer presente el Reino, una nueva forma de ser, estar y actuar. Este testimonio puede hacer que sintamos como conflicto las contradicciones del mundo, pero nos convierten en semillas del Reino.

Jn 15,18-21
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
- «Si el mundo os odia, sabed que me ha odiado a mí antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo os amaría como cosa suya, pero como no sois del mundo, sino que yo os he escogido sacándoos del mundo, por eso el mundo os odia.
Recordad lo que os dije: "No es el siervo más que su amo. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra." Y todo eso lo harán con vosotros a causa de mi nombre, porque no conocen al que me envió.»

viernes, 24 de mayo de 2019

Vosotros sois mis amigos...


El mensaje de Jesús revela a un Dios más próximo y personal de lo visto hasta ese momento. En las antiguas civilizaciones los dioses eran percibidos en la lejanía, como si ello les hiciese más grandes. El Dios de Jesucristo tiende puentes, rompe muros y atraviesa obstáculos. El vínculo de Dios y los hombres es el amor, del cual surge una relación de filiación. Un Dios extraño no se entrega hasta el extremo.

Jn 15,12-17
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
- «Éste es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer.
No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure. De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé. Esto os mando: que os améis unos a otros.»

jueves, 23 de mayo de 2019

Hacia la plenitud...


En este modelo social de risa fácil, parece que seguimos caminando por la vida cabizbajos y tristes. En la era de la comunicación crece la soledad. En la era del bienestar crecen los suicidios, casi 10 diarios en nuestro país. Algo ocurre que a pesar de la tecnificación y el progreso las vidas de los hombres caminan vacías de sentido. El mensaje de Dios es claro: es la novedad del amor la que colma de plenitud la existencia humana.


Jn 15,9-11
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
- «Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud.»

miércoles, 22 de mayo de 2019

Permaneced en mí...


La savia de la vid pasa de la raíz y el tronco a los extremos, del centro a los sarmientos. Así es la vida de los creyentes. La verdadera vida los creyentes se sustenta en Cristo. El cristiano que se desvincula de su vida de fe y de la comunión de la Iglesia no da fruto, se seca. La vida del creyente se vacía en cuanto se aleja de Dios.


Jn 15,1-8
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
- «Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento mío que no da fruto lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto. Vosotros ya estáis limpios por las palabras que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.
Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden.
Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pediréis lo que deseáis, y se realizará. Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos.»

martes, 21 de mayo de 2019

Que no tiemble vuestro corazón...


La paz es el anhelo más profundo del hombre. Vivimos tiempos convulsos en los que la conflictividad rompe nuestras relaciones armónicas. La paz no es solo la ausencia de guerras o el estado de tranquilidad basado en el miedo o en la presión que unos ejercen sobre otros. La paz es algo mucho más profundo. Es la absoluta libertad que te hace sentirte completo y relacionarte con los demás desde la dinámica del amor, sin superficialidad, sin pantallas ni máscaras. Esa es la paz que Jesús nos transmite.

Jn 14,27-31a
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
- «La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir: "Me voy y vuelvo a vuestro lado." Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, sigáis creyendo.
Ya no hablaré mucho con vosotros, pues se acerca el Príncipe de este mundo; no es que él tenga poder sobre mí, pero es necesario que el mundo comprenda que yo amo al Padre, y que lo que el Padre me manda yo lo hago.»

lunes, 20 de mayo de 2019

Será quien os lo enseñe todo...


Jesús empieza a preparar a sus discípulos para el desenlace de la despedida, pero no quedarán solos ni desamparados. El vínculo debe sobrepasar la presencia física a la que se han acostumbrado. Jesús pide que la fe madure. Para ello el Padre enviará al Espíritu. Este es nuestro tiempo, el del Espíritu.

Jn 14,21-26
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
- «El que acepta mis mandamientos y los guarda, ése me ama; al que me ama lo amará mi Padre, y yo también lo amaré y me revelaré a él.»
Le dijo judas, no el Iscariote:
- «Señor, ¿qué ha sucedido para que te reveles a nosotros y no al mundo?»
Respondió Jesús y le dijo:
- «El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él.
El que no me ama no guardará mis palabras. Y la palabra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me envió.
Os he hablado de esto ahora que estoy a vuestro lado, pero el Defensor, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho.»

domingo, 19 de mayo de 2019

El amor, símbolo de los cristianos...


V Domingo de Pascua
Es verdad que la señal de la cruz es el símbolo que identifica a los creyentes, pero por un motivo muy profundo. La cruz como signo de sufrimiento, como apoteosis del dolor es un signo vacío. Lo que a la cruz le da sentido es la propuesta radical de amor que transforma el dolor en esperanza. Es el amor lo que identifica verdaderamente a los cristianos. Ello debería llenarnos de alegría.


Jn 13,31-33a.34-35
Cuando salió judas del cenáculo, dijo Jesús:
-Ahora es glorificado el Hijo del Hombre y Dios es glorificado en él. (Si Dios es glorificado en él, también Dios lo glorificará en sí mismo: pronto lo glorificará).
Hijos míos, me queda poco de estar con vosotros.
Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros como yo os he amado. La señal por la que conocerán que sois discípulos míos, será que os amáis unos a otros.

sábado, 18 de mayo de 2019

Al encuentro con Dios Padre en Jesús...


La forma de acercarse a Dios, de profundizar en su esencia es a través de su Hijo. Jesús nos ha transmitido el verdadero rostro de Dios. El Padre se da a conocer en el Hijo y Jesús manifiesta cómo es el Padre. Acercarnos a Jesús a través de la Palabra, de la Oración, en el encuentro sacramental y en el servicio a los demás, especialmente a los más pobres, es ir encontrándose con el verdadero Dios.



Jn 14,7-14
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
- «Si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto.»
Felipe le dice:
- «Señor, muéstranos al Padre y nos basta.»
Jesús le replica:
- «Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: "Muéstranos al Padre"? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, él mismo hace sus obras. Creedme: yo estoy en el Padre, y el Padre en mí. Si no, creed a las obras. Os lo aseguro: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores. Porque yo me voy al Padre; y lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré.»

viernes, 17 de mayo de 2019

Camino, verdad, vida...


A veces los silencios de Dios nos inquietan, nos asustan, como a Tomás. No parece que sea fácil caminar ante la falta de visibilidad y el silencio. Parece que se oscurece el día y los senderos se difuminan. El camino de la fe es también un camino que a veces se oscurece. Solo Jesús ofrece el camino para avanzar.


Jn 14,1-6
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
- «Que no tiemble vuestro corazón; creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas estancias; si no fuera así, ¿os habría dicho que voy a prepararos sitio? Cuando vaya y os prepare sitio, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo, «estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino.»
Tomás le dice:
- «Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?»
Jesús le responde:
- «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí.»

jueves, 16 de mayo de 2019

El que a mí me recibe


El discípulo se debe a la misión encomendada por el Padre. No es más el discípulo que el maestro. No es más el anunciador que el Señor. Pero no somos ajenos a la tentación de creernos protagonistas de la misión.



Jn 13,16-20
Cuando Jesús acabó de lavar los pies a sus discípulos, les dijo:
- «Os aseguro, el criado no es más que su amo, ni el enviado es más que el que lo envía. Puesto que sabéis esto, dichosos vosotros si lo ponéis en práctica. No lo digo por todos vosotros; yo sé bien a quiénes he elegido, pero tiene que cumplirse la Escritura: "El que compartía mi pan me ha traicionado." Os lo digo ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis que yo soy.
Os lo aseguro: El que recibe a mi enviado me recibe a mí; el que a mí me recibe, recibe al que me ha enviado.»

miércoles, 15 de mayo de 2019

He venido al mundo como Luz...



San Isidro Labrador
La misión del discípulo no es suya. El discípulo hace suya la misión del Señor. A veces tenemos la tentación de pensar que somos nosotros quienes hacemos grande la tarea. La misión nos supera. Somos mensajeros, testigos con nuestra forma de vivir de algo mucho más grande.

Jn 12,44-50

En aquel tiempo, Jesús dijo, gritando:

- «El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me ha enviado. Y el que me ve a mí ve al que me ha enviado. Yo he venido al mundo como luz, y así, el que cree en mí no quedará en tinieblas.

Al que oiga mis palabras y no las cumpla yo no lo juzgo, porque no he venido para juzgar al mundo, sino para salvar al mundo. El que me rechaza y no acepta mis palabras tiene quien lo juzgue: la palabra que yo he pronunciado, ésa lo juzgará en el último día. Porque yo no he hablado por cuenta mía; el Padre que me envió es quien me ha ordenado lo que he de decir y cómo he de hablar. Y sé que su mandato es vida eterna. Por tanto, lo que yo hablo lo hablo como me ha encargado el Padre.»