jueves, 30 de septiembre de 2021

De dos en dos...

San Jerónimo, Presbítero y Doctor

Jueves de la XXVI Semana del Tiempo Ordinario

El Señor envía a los discípulos. De dos en dos, confiados en la providencia de Dios, pero sobre todo sin mochilas que los aten. Su seguridad es la misión misma. Pero ¿y nosotros? ¿Salimos a la misión despojados de ataduras o seguimos anhelando nuestras seguridades?


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Lucas 10, 1-12

En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó delante de él, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él.

Y les decía:

«La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies.

¡Poneos en camino! Mirad que os mando como corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias; y no saludéis a nadie por el camino.

Cuando entréis en una casa, decid primero: "Paz a esta casa". Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros.

Quedaos en la misma casa, comiendo y bebiendo de lo que tengan: porque el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa en casa.

Si entráis en una ciudad y os reciben, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya en ella, y decidles: “El reino de Dios ha llegado a vosotros”.

Pero si entráis en una ciudad y no os reciban, saliendo a sus plazas, decid: “Hasta el polvo de vuestra ciudad, que se nos ha pegado a los pies, nos lo sacudimos sobre vosotros. De todos modos, sabed que el reino de Dios ha llegado”.

Os digo que aquel día será más llevadero para Sodoma que para esa ciudad».

miércoles, 29 de septiembre de 2021

Te vi...

 Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael

Miércoles de la XXVI Semana del Tiempo Ordinario

La llamada de Jesús a Natanael es la llamada a cualquiera de nosotros. No exige el Señor grandes capacidades, sino un corazón dispuesto y abierto a reconocerlo. Jesús lo dice: no hay engaño en él. Que esa sea nuestra disposición para con el Señor.


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Juan 1, 47-51

En aquel tiempo, vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él:

«Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño».

Natanael le contesta:

«¿De qué me conoces?».

Jesús le responde:

«Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi».

Natanael respondió:

«Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel».

Jesús le contestó:

«¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores».

Y le añadió:

«En verdad, en verdad os digo: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre».

martes, 28 de septiembre de 2021

Y caminaron hacia otra aldea...

Martes de la XXVI Semana del Tiempo Ordinario

Judíos y Samaritanos se guardaban una rivalidad importante. Quizá por ello no eran bien recibidos. Pero los discípulos deben continuar su aprendizaje. El Evangelio no responde mal por mal, la ley del talión no está escrita en el Evangelio.


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Lucas 9, 51-56

Cuando se completaron los días en que iba a ser llevado al cielo, Jesús tornó la decisión de ir a Jerusalén. Y envió mensajeros delante de él.

De camino, entraron en una aldea de samaritanos para hacer los preparativos. Pero no lo recibieron, porque su aspecto era el de uno que caminaba hacia Jerusalén.

Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le dijeron:

«Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo que acabe con ellos?».

Él se volvió y los regañó. Y se encaminaron hacia otra aldea.

lunes, 27 de septiembre de 2021

El más pequeño, el más importante...

 San Vicente de Paúl

Lunes de la XXVI Semana del Tiempo Ordinario

Tras la pregunta de quién es el más importante viene el intento de Juan de desacreditar a quienes hacían gestos en nombre de Jesús. Los discípulos no habían entendido al maestro. Servir a la misión del Señor es adherirse a su persona y en ello no son jueces los discípulos, sino la voluntad del Señor y el Espíritu que sopla en todos los hombres de buena voluntad.


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Lucas 9, 46-50

En aquel tiempo, se suscitó entre los discípulos una discusión sobre quién sería el más importante.

Entonces Jesús, conociendo los pensamientos de sus corazones, tomó de la mano a un niño, lo puso a su lado y les dijo:

«El que acoge a este niño en mi nombre, me acoge a mí; y el que me acoge a mí, acoge al que me ha enviado. Pues el más pequeño de vosotros es el más importante».

Entonces Juan tomó la palabra y dijo:

«Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre y, se lo hemos prohibido, porque no anda con nosotros».

Jesús le respondió:

«No se lo impidáis; el que no está contra vosotros está a favor vuestro».

domingo, 26 de septiembre de 2021

Maestro, hemos visto a uno... y se lo hemos querido impedir...

 XXVI Domingo del Tiempo Ordinario

La advertencia del Evangelio de hoy no nos debería dejar indiferentes. Ya desde el inicio del tiempo de la Iglesia aparecieron los grupos dentro de la misma. El Señor nos alerta sobre el peligro de que esos grupos acaben siendo excluyentes. Eso sería antievangélico y escandaloso. Ser discípulo es sentirse adherido a Jesucristo y al Evangelio, vivir como el Señor nos propone. Y en ese camino cabemos… de todos los grupos.


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Marcos 9, 38-43. 45. 47-48

En aquel tiempo, Juan dijo a Jesús:

«Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no viene con nosotros».

Jesús respondió:

«No se lo impidáis, porque quien hace un milagro en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros está a favor nuestro.

Y el que os dé a beber un vaso de agua porque sois de Cristo, en verdad os digo que no se quedará sin recompensa. El que escandalice a uno de estos pequeñuelos que creen, más le valdría que le encajasen en el cuello una piedra de molino y lo echasen al mar. Si tu mano te induce a pecar, córtatela: más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos a la “gehenna”, al fuego que no se apaga.

Y, si tu pie te hace pecar, córtatelo: más te vale entrar cojo en la vida, que ser echado con los dos pies a la “gehenna.”

Y, si tu ojo te induce a pecar, sácatelo: más te vale entrar tuerto en el reino de Dios, que ser echado con los dos ojos a la “gehenna”, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga».

sábado, 25 de septiembre de 2021

No entendían...

Sábado de la XXV Semana del Tiempo Ordinario

Nos cuesta aceptar que el fracaso, la cruz pueda ser un modo para llevar a la plenitud. Pero no existe el camino sin piedras. La incomprensión, el rechazo y la indiferencia son una parte esencial de nuestro peregrinar.


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Lucas 9, 43b-45

En aquel tiempo, entre la admiración general por lo que hacía, Jesús dijo a sus discípulos:

«Meteos bien en los oídos estas palabras: el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres».

Pero ellos no entendían este lenguaje; les resultaba tan oscuro, que no captaban el sentido.

Y les daba miedo preguntarle sobre el asunto.


viernes, 24 de septiembre de 2021

Padecer mucho...

Viernes de la XXV Semana del Tiempo Ordinario

Tras la confesión de fe de Pedro, Jesús hace a sus discípulos volver a la realidad. Los caminos del Mesías son duros y difíciles. Es fácil asumir los éxitos, pero ¿estamos dispuestos a los fracasos?


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Lucas 9, 18-22

Una vez que Jesús estaba orando solo, en presencia de sus discípulos, les preguntó:

«¿Quién dice la gente que soy yo?»

Ellos contestaron:

«Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros dicen que ha resucitado uno de los antiguos profetas».

Él les preguntó:

«Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?».

Pedro respondió:

«El Mesías de Dios».

Él les prohibió terminantemente decírselo a nadie. porque decía:

«El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día».


jueves, 23 de septiembre de 2021

¿Quién es este de quien oigo semejantes cosas?

Jueves de la XXV Semana del Tiempo Ordinario

La expectación que despierta Jesús no deja a nadie indiferente. Incluso un personaje despiadado siente la curiosidad por saber de él. Sin embargo, no todo es igual al acercarse al Maestro. Unos lo hacen por mera curiosidad, otros por expectación, otros se sienten afectivamente ligados a su persona y algunos se sienten vinculados por su fe. ¿Dónde nos situamos nosotros?


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Lucas 9, 7-9

En aquel tiempo, el tetrarca Herodes se enteró de lo que pasaba sobre Jesús y no sabía a qué atenerse, porque unos decían que Juan había resucitado de entre los muertos; otros, en cambio, que había aparecido Elías, y otros que había vuelto a la vida uno de los antiguos profetas.

Herodes se decía:

«A Juan lo mandé decapitar yo. ¿Quién es este de quien oigo semejantes cosas?».

Y tenía ganas de verlo.


miércoles, 22 de septiembre de 2021

No llevéis nada para el camino...

Miércoles de la XXV Semana del Tiempo Ordinario

La llamada al apostolado exige poner a Dios en el centro del mensaje y de la vida. Dios proveerá. El apóstol debe ir ligero de equipaje, sin más ataduras que la de la fidelidad al evangelio, porque eso ha llenado su vida y lo demás es innecesario.


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Lucas 9, 1-6

En aquel tiempo, habiendo convocado Jesús a los Doce, les dio poder y autoridad sobre toda clase de demonios y para curar enfermedades.

Luego los envió a proclamar el reino de Dios y a curar a los enfermos, diciéndoles:

«No llevéis nada para el camino: ni bastón ni alforja, ni pan ni dinero; tampoco tengáis dos túnicas cada uno.

Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio.

Y si algunos no os reciben, al salir de aquel pueblo sacudíos el polvo de vuestros pies, como testimonio contra ellos».

Se pusieron en camino y fueron de aldea en aldea, anunciando la Buena Noticia y curando en todas partes.


martes, 21 de septiembre de 2021

Misericordia quiero...

 San Mateo, Apóstol y Evangelista

Martes de la XXV Semana del Tiempo Ordinario

Qué fácil nos resulta juzgar a los demás y apartarlos si no encajan en nuestros gustos, si no piensan como nosotros. Pero qué distinto es Dios. Él elige mirando lo profundo del corazón, nosotros emitimos nuestro juicio tras la primera impresión. Dios conoce al hombre a fondo… y lo acoge tal cual es.


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Mateo 9, 9-13

En aquel tiempo, al pasar vio Jesús a un hombre llamado Mateo sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo:

«Sígueme».

Él se levantó y lo siguió.

Y estando en la casa, sentado en la mesa, muchos publicanos y pecadores, que habían acudido, se sentaban con Jesús y sus discípulos.

Los fariseos, al verlo, preguntaron a los discípulos:

«¿Cómo es que vuestro maestro come con publicanos y pecadores?».

Jesús lo oyó y dijo:

«No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos. Andad, aprended lo que significa "Misericordia quiero y no sacrificio": que no he venido a llamar a justos, sino a los pecadores».

lunes, 20 de septiembre de 2021

Vean la luz...

 San Andrés Kim Taegon y San Pablo Chong Hasang

Lunes de la XXV Semana del Tiempo Ordinario

El Evangelio se extiende destinado a todos los hombres y mujeres de todos los lugares. No tiene límites. Ocultarlo entre muros, templos y sacristías no es lo que Dios nos pide.


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Lucas 8, 16-18

En aquel tiempo, dijo Jesús al gentío:

«Nadie ha encendido una lámpara, la tapa con una vasija o lo mete debajo de la cama; sino que la pone en el candelero para que los que entren vean la luz.

Pues nada hay oculto que no llegue a descubrirse ni nada secreto que no llegue a saberse y hacerse público.

Mirad, pues, cómo oís, al que tiene se le dará y al que no tiene se le quitará hasta lo que cree tener».

domingo, 19 de septiembre de 2021

El que acoge a un niño...

 XXV Domingo del Tiempo Ordinario

Acoger a un niño no es solo cuidarlo, mimarlo o darle el sustento necesario. Significa también aprender de él, valorar su ingenuidad, su capacidad parar sorprenderse y admirarse de las cosas nuevas, su rapidez en olvidar las cosas negativas o su enorme capacidad parar sonreír con mirada limpia. Ello nos ayudará a estar más cerca de Dios.


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Marcos 9, 30-37

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo a sus discípulos.

Les decía:

«El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán; y, después de muerto, a los tres días resucitará».

Pero no entendían lo que decía, y les daba miedo preguntarle.

Llegaron a Cafarnaún, y, una vez en casa, les preguntó

«¿De qué discutíais por el camino?».

Ellos callaban, pues por el camino habían discutido quién era el más importante.

Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo:

«Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos».

Y tomando un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo:

«El que acoge a un niño como este en mi nombre, me acoge a mí; y el que me acoge a mí, no me acoge a mí, sino al que me ha enviado».

sábado, 18 de septiembre de 2021

Salió el sembrador a sembrar su semilla...

 

Sábado de la XXIV Semana del Tiempo Ordinario

Acoger el Reino es escuchar la Palabra de Dios. Una Palabra destinada a todos, pero que acogemos según dispongamos nuestro corazón. No son pocas las barreras que ponemos.  Cada uno conocemos las nuestras....


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Lucas 8, 4-15

En aquel tiempo, habiéndose reunido una gran muchedumbre y gente que salía de toda la ciudad, dijo Jesús en parábola:

«Salió el sembrador a sembrar su semilla.

Al sembrarla, algo cayó al borde del camino, lo pisaron, y los pájaros se lo comieron.

Otra parte cayó en terreno pedregoso y, después de brotar, se secó por falta de humedad.

Otra parte cayó entre abrojos, y los abrojos, creciendo al mismo tiempo, la ahogaron.

Y otra parte cayó en tierra buena y, después de brotar, dio fruto al ciento por uno».

Dicho esto, exclamó:

«El que tenga oídos para oír, que oiga».

Entonces le preguntaron los discípulos qué significaba esa parábola.

Él dijo:

«A vosotros se os ha otorgado conocer los misterios del reino de Dios; pero a los demás, en parábolas,” para que viendo no vean y oyendo no entiendan”.

El sentido de la parábola es este: la semilla es la palabra de Dios.

Los del borde del camino son los que escuchan, pero luego viene el diablo y se lleva la palabra de sus corazones, para que no crean y se salven.

Los del terreno pedregoso son los que, al oír, reciben la palabra con alegría, pero no tienen raíz; son los que por algún tiempo creen, pero en el momento de la prueba fallan.

Lo que cayó entre abrojos son los que han oído, pero, dejándose llevar por los afanes y riquezas y placeres de la vida, se quedan sofocados y no llegan a dar fruto maduro.

Lo de la tierra buena son los que escuchan la palabra con un corazón noble y generoso, la guardan y dan fruto con perseverancia».

viernes, 17 de septiembre de 2021

Algunas mujeres...

San Roberto Belarmino 

Viernes de la XXIV Semana del Tiempo Ordinario

Frente al papel que la sociedad de la época le brindaba a la mujer, es cierto que en el grupo de discípulos se encontraban algunas mujeres y que el Señor concedió un papel esencial a ellas en la expansión del evangelio. Quizá es un momento especial para que reflexionemos sobre el papel que hoy la Iglesia le brinda a la mujer.


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Lucas 8, 1-3

En aquel tiempo, Jesús iba caminando de ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo, proclamando y anunciando la Buena Noticia del reino de Dios, acompañado por los Doce, y por algunas mujeres, que habían sido curadas de espíritus malos y de enfermedades: María la Magdalena, de la que habían salido siete demonios; Juana, mujer de Cusa, un administrador de Herodes; Susana y otras muchas que les servían con sus bienes.

jueves, 16 de septiembre de 2021

Tengo algo que decirte...

 San Cornelio, Papa y San Cipriano, Obispo

Jueves de la XXIV Semana del Tiempo Ordinario

La misericordia de Dios es un gesto profundo de amor. Frente a quienes creen que están en el camino de la perfección por sus propios méritos, Dios nos interpela con su palabra. Es el corazón arrepentido y que busca la conversión el que obtiene el perdón de Dios. Los fariseos se daban por salvados por sus propios méritos. ¿Y nosotros?


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Juan 7, 36-50

En aquel tiempo, un fariseo rogaba a Jesús que fuera a comer con él, entrando en casa del fariseo, se recostó a la mesa. En esto, una mujer que había en la ciudad, una pecadora, al enterarse de que estaba comiendo en casa del fariseo, vino trayendo un frasco de alabastro lleno de perfume y, colocándose detrás junto a sus pies, llorando, se puso a regarle los pies con las lágrimas, se los enjugaba con los cabellos de su cabeza, los cubría de besos y se los ungía con el perfume. Al ver esto, el fariseo que lo había invitado se dijo:

«Si este fuera profeta, sabría quién y qué clase de mujer es la que lo está tocando, pues es una pecadora».

Jesús respondió y le dijo:

«Simón, tengo algo que decirte».

El contestó:

«Dímelo, maestro».

Jesús le dijo:

«Un prestamista tenía dos deudores: uno le debía quinientos denarios y el otro cincuenta. Como no tenían con qué pagar, los perdonó a los dos. ¿Cuál de ellos le mostrará más amor?»

Respondió Simón y dijo:

«Supongo que aquel a quien le perdonó más».

Le dijo Jesús:

«Has juzgado rectamente».

Y, volviéndose a la mujer, dijo a Simón:

«¿Ves a esta mujer? He entrado en tu casa y no me has dado agua para los pies; ella, en cambio, me ha regado los pies con sus lágrimas y me los ha enjugado con sus cabellos. Tú no mediste el beso de paz; ella, en cambio, desde que entré, no ha dejado de besarme los pies. Tú no me ungiste la cabeza con ungüento; ella, en cambio, me ha ungido los pies con perfume. Por eso te digo: sus muchos pecados han quedado perdonados, porque ja amado mucho, pero al que poco se le perdona, ama poco».

Y a ella le dijo:

«Han quedado perdonados tus pecados».

Los demás convidados empezaron a decir entre ellos:

«¿Quién es este, que hasta perdona pecados?».

Pero él dijo a la mujer:

«Tu fe te ha salvado, vete en paz».

miércoles, 15 de septiembre de 2021

Ahí tienes a tu madre...

 Nuestra Señora, la Virgen de los Dolores

Miércoles de la XXIV Semana del Tiempo Ordinario

En la cruz Jesús muestra su preocupación por María. La situación en que quedaba una viuda sola en Israel era de absoluta desprotección. Por ello Jesús le pide al discípulo que acoja a su madre y la trate como tal, que muestre que el amor más grande es entregarse por los demás, especialmente por los que quedan a merced de los demás en la miseria, la soledad y la tristeza. Nuestra entrega diaria por los más vulnerables es una muestra más del amor de Dios.


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Juan 19, 25-27

Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena.

Jesús, al ver a su madre y junto a ella al discípulo al que amaba, dijo a su madre:

«Mujer, ahí tienes a tu hijo».

Luego, dijo al discípulo:

«Ahí tienes a tu madre».

Y desde aquella hora, el discípulo la recibió como algo propio.

martes, 14 de septiembre de 2021

Tiene que ser elevado el Hijo del Hombre...

 Exaltación de la Santa Cruz

Martes de la XXIV Semana del Tiempo Ordinario

El camino de la salvación elegido por Dios pasa por la cruz. Pero la cruz entendida como entrega amorosa de Dios por los hombres.


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Juan 3, 13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:

«Nadie ha subido al cielo sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre.

Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna.

Porque tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna.

Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.

El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Unigénito de Dios».

lunes, 13 de septiembre de 2021

No soy yo quién para que entres bajo mi techo...

San Juan Crisóstomo 

Lunes de la XXIV Semana del Tiempo Ordinario

El centurión del Evangelio de Lucas se muestra como un humilde pagano que no merece por méritos la gracia del Señor. Sin embargo, Jesús entiende perfectamente la importancia de la fe para este hombre y lo pone de modelo para sus discípulos. ¿Cuánto tenemos de Centurión?


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Lucas 7, 1-10

En aquel tiempo, cuando Jesús terminó de exponer todas sus enseñanzas al pueblo, entró en Cafarnaún.

Un centurión tenía enfermo, a punto de morir, a un criado a quien estimaba mucho. Al oír hablar de Jesús, el centurión le envió unos ancianos de los judíos, rogándole que viniese a curar a su criado. Ellos, presentándose a Jesús, le rogaban encarecidamente:

«Merece que se lo concedas, porque tiene afecto a nuestra gente y nos ha construido la sinagoga».

Jesús se puso en camino con ellos. No estaba lejos de la casa, cuando el centurión le envió unos amigos a decirle:

«Señor, no te molestes; no soy yo quién para que entres bajo mi techo; por eso tampoco me creí digno de venir personalmente. Dilo de palabra, y mi criado quedará sano. Porque también yo soy un hombre sometido a una autoridad y con soldados a mis órdenes; y le digo a uno: "Ve", y va; al otro: "Ven", y viene; y a mi criado: "Haz esto", y lo hace».

Al oír esto, Jesús se admiró de él y, volviéndose a la gente que lo seguía, dijo:

«Os digo que ni en Israel he encontrado tanta fe».

Y al volver a casa, los enviados encontraron al siervo sano.

domingo, 12 de septiembre de 2021

Y empezó a instruirlos...

XXIV Domingo del Tiempo Ordinario

Nos resulta fácil reconocernos creyentes cuando todo va bien, cuando vemos luz y éxito. Pero la vida del cristiano guarda también cruces. En esos momentos Dios es el mismo y se hace más cercano, aunque nos cueste verlo. El Dios de Jesucristo se revela tal como es en Jesucristo, pero ¿lo reconocemos en todo?


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Marcos 8, 27-35

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se dirigieron a las aldeas de Cesarea de Filipo; por el camino, preguntó a sus discípulos:

«¿Quién dice la gente que soy yo?»

Ellos le contestaron:

«Unos, Juan Bautista; otros, Elías; y otros, uno de los profetas».

Él les preguntó:

«Y vosotros, ¿quién decís que soy?»

Pedro le contestó:

«Tú eres el Mesías».

Y les conminó a que no hablaran a nadie acerca de esto.

Y empezó a instruirlos:

«El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser reprobado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar a los tres días».

Se lo explicaba con toda claridad. Entonces Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo. Pero él se volvió y, mirando a los discípulos, increpó a Pedro:

«¡Ponte detrás de mí, Satanás! ¡Tú piensas como los hombres, no como Dios!».

Y llamando a la gente y a sus discípulos, y les dijo:

«Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí y por el Evangelio la salvará. Pues ¿de qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero y perder su alma».


sábado, 11 de septiembre de 2021

Frutos...

Sábado de la XXIII Semana del Tiempo Ordinario

Jesús exige a los discípulos coherencia. Una coherencia que brota de un corazón disponible y entregado. Quien ha tenido un encuentro con el Señor se siente profundamente transformado, de manera que todo gira en torno al amor de Dios. El amor lo puede todo, lo mueve todo y por ello no hay obras malas en un corazón tocado por Dios. así se construye el edificio sólido...


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Lucas 6, 43-49

En aquel tiempo, decía Jesús a sus discípulos:

«No hay árbol bueno que dé fruto malo, ni árbol malo que dé fruto bueno; por ello, cada árbol se conoce por su fruto; porque no se recogen higos de las zarzas, ni se vendimian racimos de los espinos.

El hombre bueno, de la bondad que atesora en su corazón saca el bien, y el que es malo, de la maldad saca el mal; porque de lo que rebosa del corazón lo habla la boca.

¿Por qué me llamáis “Señor, Señor”, y no hacéis lo que digo?

Todo el que se viene a mí, escucha mis palabras y las pone en práctica, os voy a decir a quién se parece: se parece a uno que edificó una casa: cavó, ahondó y puso los cimientos sobre roca; vino una crecida, arremetió el río contra aquella casa, y no pudo derribarla, porque estaba sólidamente construida.

El que escucha y no pone por obra se parece a uno que edificó una casa sobre tierra, sin cimiento; arremetió contra ella el río, y en seguida se derrumbó desplomándose, y fue grande la ruina de aquella casa».


viernes, 10 de septiembre de 2021

¿Por qué te fijas en la mota de tu hermano...?

Viernes de la XXIII Semana del Tiempo Ordinario

Si una actitud nos hace ser hombres y mujeres de Dios es la humildad. Frente al orgullo y la soberbia, la humildad nos pone frente al espejo, pero también frente a nuestros hermanos. La humildad nos ayuda a empatizar con nuestros semejantes y nos ayuda a servir al evangelio estando atentos a los más necesitados. Nos ayuda a no ponernos como criterio de los demás. El Evangelio es nuestro criterio.


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Lucas 6, 39-42

En aquel tiempo, dijo Jesús a los discípulos una parábola:

«¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo?

No está el discípulo sobre su maestro, si bien, cuando termine su aprendizaje, será como un maestro.

¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: "Hermano, déjame que te saque la mota del ojo", sin fijarte en la viga que llevas en el tuyo? ¡Hipócrita! Sácate primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la mota del ojo de tu hermano».


jueves, 9 de septiembre de 2021

A los que me escucháis os digo...

Jueves de la XXIII Semana del Tiempo Ordinario

Cuatro acciones que propone Jesús a sus seguidores, en consecuencia, a nosotros: amad, haced el bien, bendecid (dad gracias) y orad… Todo lo que hacemos, lo que somos, pasado por el filtro de la oración nos hacen fieles servidores del evangelio. El don recibido lo debemos cuidar y cultivar.


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Lucas 6, 27-38

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«A vosotros los que me escucháis os digo: amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen, orad por los que os calumnian.

Al que te pegue en una mejilla, preséntale la otra; al que te quite la capa, no le impidas que tome también la túnica. A quien te pide, dale; al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames.

Tratad a los demás como queréis que ellos os traten. Pues, si amáis sólo a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores aman a los que los aman. Y si hacéis bien solo a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores hacen lo mismo.

Y si prestáis a aquellos de los que esperáis cobrar, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores prestan a otros pecadores, con intención de cobrárselo.

Por el contrario, amad a vuestros enemigos, haced el bien y prestad sin esperar nada; será grande vuestra recompensa y seréis hijos del Altísimo, porque él es bueno con los malvados y desagradecidos.

Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso; no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados; dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante, pues con la medida con que midiereis se os medirá a vosotros».


miércoles, 8 de septiembre de 2021

Dios con nosotros...

La Natividad de la Virgen María

 Miércoles de la XXIII Semana del Tiempo Ordinario

El acontecimiento narrado de forma extraordinaria por el evangelista Mateo es un acontecimiento salvador de Dios, pura iniciativa divina que, en las circunstancias cotidianas de la familia de Nazaret, presenta un nuevo rostro de Dios. El Dios que se hace hijo libremente por puro deseo suyo es ahora Dios con nosotros.


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Mateo 1,1-16.18-23

La generación de Jesucristo fue de esta manera:

María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo.

José, su esposo, que era justo y no quería difamarla, decidió repudiarla en privado. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo:

«José, hijo de David, no temas acoger a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados».

Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por medio del profeta:

«Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Enmanuel, que significa “Dios-con-nosotros”».