lunes, 29 de abril de 2019

Te doy gracias, Padre...


Santa Catalina de Siena
La Palabra de Dios se dirige a todos los hombres sin excepción, pero solo los humildes, los sencillos, los que han abierto las puertas del corazón la acogen. Gastamos esfuerzos en comprender y entender y perdemos la posibilidad de sorprendernos. Abrir los sentidos, disponer el corazón e interiorizar la fe supone mirar de otra manera…

Mt 11,25-30
En aquel tiempo, exclamó Jesús:
-«Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.»

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