Lunes de la VIII Semana del Tiempo Ordinario
La pregunta de Pedro es la de cualquier discípulo de
cualquier tiempo y lugar. Se reconoce prendado del amor de Dios y su vida está
vinculada al maestro. Atrás quedaron sus planes, su vida cotidiana. Está
satisfecho, pero le inquieta una pregunta: ¿tendrá recompensa? Jesús no
defrauda. La recompensa no es un éxito pasajero, sino una vida plena.
Marcos 10, 28-31
En aquel tiempo, Pedro se puso a decir a Jesús:
«Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos
seguido».
Jesús dijo:
«En verdad os digo que no hay nadie que haya dejado casa,
o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el
Evangelio, que no reciba ahora, en este tiempo, cien veces más - casas y
hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones -, y en la
edad futura, vida eterna. Muchos primeros serán últimos, y muchos últimos
primeros».
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