Viernes de la I Semana de Cuaresma
Qué bonito sobre el papel. Pero que difícil día a día.
Entre otras cosas quizá hemos entendido mal lo que es amar. No es moldear al
resto a nuestro antojo. Amar pasa por asumir que somos iguales, pero
diferentes. Pasa por entender la diversidad como una riqueza. Pasa por el
respeto. Pasa por el convencimiento de que Dios nos ha constituido hermanos,
sus hijos y miembros de una gran familia.
Mateo 5, 43-48
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Habéis oído que se dijo: "Amarás a tu prójimo"
y aborrecerás a tu enemigo”.
Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y rezad por los
que os persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace
salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos.
Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis?
¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y, si saludáis sólo a vuestros
hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los
gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto».
No hay comentarios:
Publicar un comentario