San Marcos, evangelista
Lunes de la III Semana de Pascua
La celebración de la fiesta del
evangelista Marcos en Pascua es un signo de esperanza para los creyentes del
siglo XXI. En medio del rigor y de las persecuciones Marcos redactó el
evangelio, el testimonio valiente de un seguidor de Cristo que vivió
dificultades y peligros, incluso de su propia vida. En esa situación su
testimonio cobra un carácter especial. Hoy nosotros vivimos una situación
eclesial de gran complejidad. Disminuye la sensibilidad religiosa, disminuye el
peso social de la Iglesia y la penuria vocacional se acentúa. En tiempos recios
necesitamos esperanza.
Mc 16,15-20
En aquel tiempo, se apareció
Jesús a los once y les dijo: «Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a
toda la creación.
El que crea y sea bautizado se
salvará; el que no crea será condenado.
A los que crean, les acompañarán
estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán
serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño.
Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos». Después de hablarles, el
Señor Jesús fue llevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios.
Ellos se fueron a predicar por
todas partes, y el Señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que
los acompañaban.
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