San Pablo Miki y compañeros mártires
No fue ajenos Jesús a la realidad que vivimos a diario en nuestra sociedad. En no pocas ocasiones se intenta desacreditar el mensaje desacreditando al mensajero. Ante ello la respuesta de Jesús es contundente. Debido a la desconfianza de los que le rodeaban “no pudo hacer ningún milagro”. Es la falta de fe la causa principal de ese desaliento. Es nuestro corazón derrotado y estrecho de miras.
Haz clic en la imagen y ora con toda la Iglesia
Marcos 6, 1-6
En aquel tiempo, Jesús se dirigió a su ciudad y lo seguían sus discípulos. Cuando llegó el sábado, empezó a enseñar en la sinagoga; la multitud que lo oía se preguntaba asombrada: «¿De dónde saca todo eso? ¿Qué sabiduría es esa que le ha sido dada? ¿Y esos milagros que realizan sus manos? ¿No es este el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago y José y Judas y Simón? Y sus hermanas ¿no viven con nosotros aquí?». Y se escandalizaban a cuenta de él. Les decía: «No desprecian a un profeta más que en su tierra, entre sus parientes y en su casa». No pudo hacer allí ningún milagro, sólo curó algunos enfermos imponiéndoles las manos. Y se admiraba de su falta de fe. Y recorría los pueblos de alrededor enseñando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario