Bautismo del Señor
Por el bautismo nos hacemos miembros de la Iglesia e
Hijos de Dios. Hijos amados de Dios. No somos unos extraños, a pesar de que a
veces los bautizados parezcamos unos desconocidos. Pero no, libremente elegidos
por Dios formamos parte de la nueva fraternidad.
Marcos 1, 7-11
En aquel tiempo, proclamaba Juan:
«Detrás de mí viene el que es más fuerte que yo y no
merezco agacharme para desatarle la correa de sus sandalias. Yo os he bautizado
con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo».
Y sucedió que por aquellos días llegó Jesús desde
Nazaret de Galilea y fue bautizado por Juan en el Jordán.
Apenas salió del agua, vio rasgarse los cielos y al
Espíritu que bajaba hacia él como una paloma. Se oyó una voz desde los cielos:
«Tú eres mi Hijo, el amado; en ti me complazco».
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