Natividad de San Juan Bautista
Martes de la XII
Semana de Ordinario
Juan puso su vida totalmente al
servicio del proyecto del Padre, el proyecto de la salvación regalada a todos
en su Hijo Jesucristo. Así fue su vida y su misión, plenamente al servicio de
la misión. Y con una actitud de humildad. Hoy sigue siendo un modelo para los
cristianos del siglo XXI. Modelo de profeta que no se calló ante las
injusticias y no cesó en su anuncio del tiempo nuevo que Jesús inauguraba.
Lc 1,57-66.80
A Isabel se le cumplió el tiempo
del parto y dio a luz un hijo. Se enteraron sus vecinos y parientes de que el
Señor le había hecho una gran misericordia, y se alegraban con ella.
A los ocho días vinieron a
circuncidar al niño, y querían llamarlo Zacarías, como su padre; pero la madre
intervino diciendo:
«¡No! Se va a llamar Juan».
Y le dijeron:
«Ninguno de tus parientes se
llama así».
Entonces preguntaban por señas al
padre cómo quería que se llamase. Él pidió una tablilla y escribió: «Juan es su
nombre». Y todos se quedaron maravillados.
Inmediatamente se le soltó la
boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios.
Los vecinos quedaron
sobrecogidos, y se comentaban todos estos hechos por toda la montaña de Judea.
Y todos los que los oían reflexionaban diciendo:
«Pues ¿qué será este niño?».
Porque la mano del Señor estaba
con él.
El niño crecía y se fortalecía en
el espíritu, y vivía en lugares desiertos hasta los días de su manifestación a
Israel.
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