Domingo XX del tiempo ordinario
La propuesta de Jesús no deja a
nadie indiferente. Pero ¿Te has preguntado por qué? Ni más ni menos porque no
es un mero discurso, es vida. Sus palabras son comprometidas con su propia
existencia y al que lo sigue le compromete la vida. Son opciones de vida y las
opciones de vida, muchas veces, suponen conflictos. Conflictos que solo se
superan desde la óptica del amor.
Lc 12,49-53
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus
discípulos:
–He venido a prender fuego en el
mundo: ¡y ojalá estuviera ya ardiendo! Tengo que pasar por un bautismo, ¡y qué
angustia hasta que se cumpla!
¿Pensáis que he venido a traer al
mundo paz? No, sino división.
En adelante, una familia de cinco
estará dividida: tres contra dos y dos contra tres; estarán divididos: el padre
contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija
contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra.
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