San Gregorio Margno Jueves de la XXII Semana del Tiempo Ordinario
Ante las manifestaciones de Dios en su Hijo, los
discípulos lo dejan todo para seguir al Señor. La exigencia del Reino está
vinculada al desprendimiento de los seguidores. Formar parte del proyecto que
Dios tiene para nosotros entraña desprenderse de todo aquello que puede suponer
un obstáculo. No es renunciar con resignación, es la consecuencia lógica de
haber descubierto un tesoro que llena nuestra vida entera.
Reza Vísperas en tu dispositivo
Lucas 5, 1-11
En aquel tiempo, la gente se agolpaba en torno a Jesús
para oír la palabra de Dios. Estando él de pie junto al lago de Genesaret, vio
dos barcas que estaban en la orilla; los pescadores habían desembarcado,
estaban lavando las redes.
Subiendo a una de las barcas, que era la de Simón, le
pidió que la apartara un poco de tierra. Desde la barca, sentado, enseñaba a la
gente.
Cuando acabó de hablar, dijo a Simón:
-«Rema mar adentro, y echad vuestras redes para la
pesca».
Respondió Simón y dijo:
«Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no
hemos recogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes».
Y, puestos a la obra, hicieron una redada tan grande
de peces que las redes comenzaban a reventarse. Entonces hicieron señas a los
compañeros, que estaban en la otra barca, para que vinieran a echarles una
mano. Vinieron llenaron las dos barcas, hasta el punto de que casi se hundían.
Al ver esto, Simón Pedro se echó a los pies de Jesús diciendo:
«Señor, apártate de mí, que soy un hombre pecador».
Y es que el estupor se había apoderado de él y de los
que estaban con él, por la redada de peces que habían recogido; y lo mismo les
pasaba a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón.
Jesús dijo a Simón:
-«No temas; desde ahora serás pescador de hombres».
Ellos sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo,
lo siguieron.
No hay comentarios:
Publicar un comentario