La Transfiguración del Señor
Viernes de la XVIII Semana del Tiempo
Ordinario
Pedro
Santiago y Juan vieron en su máxima profundidad quién era Jesús. Y quedaron
prendados, convirtieron al Señor en el centro de su vida y el anuncio del Reino
en su misión.
Marcos 9, 2-10
En
aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, subió aparte con
ellos solos a un monte alto, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se
volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del
mundo.
Se
les parecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús:
Entonces
Pedro tomó la palabra y dijo a Jesús:
«Maestro,
¡qué bueno es que estemos aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra
para Moisés y otra para Elías».
No
sabía qué decir, pues estaban asustados.
Se
formó una nube que los cubrió y salió una voz de la nube: «Este es mi Hijo, el
amado; escuchadlo».
De
pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos.
Cuando
bajaban del monte, les ordenó que no contasen a nadie lo que habían visto hasta
que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos.
Esto se les quedo grabado y discutían qué quería decir aquello de resucitar de entre los muertos.
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