domingo, 22 de agosto de 2021

¿También vosotros queréis marcharos...?

 XXI Domingo del Tiempo Ordinario

La propuesta de Jesús no siempre es bien acogida. En ocasiones no es entendida y como consecuencia aparece el rechazo. Un rechazo que va de su misión a su persona. No estamos ajenos a esta tentación. A veces buscamos en Dios la solución inmediata a nuestros problemas, pero su Palabra va más allá. Se trata de un amor más profundo. Por ello, cuando no entendemos podemos pretender que Dios diga lo que nosotros queremos oír. Cuidado.


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Juan 6,60-69

En aquel tiempo, muchos de los discípulos de Jesús, dijeron:

«Este modo de hablar es duro, ¿quién puede hacerle caso?»

Sabiendo Jesús que sus discípulos lo criticaban, les dijo:

«¿Esto os escandaliza?, ¿y si vierais al Hijo del hombre subir a donde estaba antes? El Espíritu es quien da vida; la carne no sirve de nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y vida. Y con todo, hay algunos de vosotros que no creen».

Pues Jesús sabía desde el principio quiénes no creían y quién lo iba a entregar.

Y dijo:

«Por eso os he dicho que nadie puede venir a mí si el Padre no se lo concede».

Desde entonces, muchos discípulos suyos se echaron atrás y no volvieron a ir con él.

Entonces Jesús les dijo a los Doce:

«¿También vosotros queréis marcharos?».

Simón Pedro le contestó:

«Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios».

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