sábado, 4 de diciembre de 2021

Extenuados...

Sábado de la I Semana de Adviento

Se compadecía de la gente… estaban extenuadas y abandonadas. ¿Cómo estamos nosotros? Quizá no nos hemos detenido a reflexionar sobre nosotros mismos. Ocupamos nuestras horas en cosas y cosas con un ritmo trepidante que no nos permite detenernos, disfrutarnos y cuidarnos. Adviento es tiempo para mimarse y dejarse mimar. Para mirarse y dejarse mirar. Tiempo para que Dios ocupe su lugar en nuestros cimientos.


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Mateo 9, 35-10, 1. 6-8

En aquel tiempo, Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, proclamando el Evangelio del reino y curando toda enfermedad y toda dolencia.

Al ver a las muchedumbres, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y abandonadas, «como ovejas que no tienen pastor».

Entonces dice a sus discípulos:

«La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies».

Llamó a sus doce discípulos y les dio autoridad para expulsar espíritus inmundos y curar toda enfermedad y toda dolencia.

A estos doce los envió Jesús con estas instrucciones:

«ld a las ovejas descarriadas de Israel. Id y proclamad que ha llegado el reino de los cielos. Curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, arrojad demonios. Gratis habéis recibido, dad gratis».


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