viernes, 12 de julio de 2024

Cuidado...

 Viernes de la XIV Semana del T.O.

No auguraba el Seños buenos tiempos para el discípulo. Ser testigos del evangelio conlleva ciertos riesgos. El primero negarse a sí mismo para convertirse en emisario de un mensaje que lo transciende y que si se vive en coherencia puede conllevar la contrariedad de la sociedad cambiante, o de los poderosos de la tierra. En ese campo es donde juega el cristiano, sabedor que la recompensa es mayor que la renuncia.


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Mt 10,16-23

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles:

«Mirad que yo os envío como ovejas entre lobos; por eso, sed sagaces como serpientes y sencillos como palomas.

Pero ¡cuidado con la gente!, porque os entregarán a los tribunales, os azotarán en las sinagogas y os harán comparecer ante gobernadores y reyes por mi causa, para dar testimonio ante ellos y ante los gentiles.

Cuando os entreguen, no os preocupéis de lo que vais a decir o de cómo lo diréis: en aquel momento se os sugerirá lo que tenéis que decir, porque no seréis vosotros los que habléis, sino que el Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros.

El hermano entregará al hermano a la muerte, el padre al hijo; se rebelarán los hijos contra sus padres y los matarán.

Y seréis odiados por todos a causa de mi nombre; pero el que persevere hasta el final, se salvará. Cuando os persigan en una ciudad, huid a otra.

En verdad os digo que no terminaréis con las ciudades de Israel antes de que vuelva el Hijo del hombre».

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