San Benito, abad
Jueves de la XIV Semana del Tiempo Ordinario
Es muy habitual ver todo lo
relacionado con nuestra vida de fe como un modelo de esfuerzo y de renuncia.
Apostar por el seguimiento de Jesús es visto como un cúmulo de renuncia a otras
cosas. Sin embargo, a los discípulos los falta ver las cosas con los ojos de la
fe, con los ojos de Dios. Podemos ver la vida de fe como una recompensa, una
gracia, haber encontrado un tesoro tan grande que llena todo lo que somos y eso
conlleva priorizar unas cosas frente a otras propuestas.
Mt 19,27-29
En aquel tiempo, dijo Pedro a
Jesús:
«Ya ves, nosotros lo hemos dejado
todo y te hemos seguido; ¿qué nos va a tocar?».
Jesús les dijo:
«En verdad os digo: cuando llegue
la renovación y el Hijo del hombre se siente en el trono de su gloria, también
vosotros, los que me habéis seguido, os sentaréis en doce tronos para juzgar a
las doce tribus de Israel.
Todo el que por mí deja casa,
hermanos o hermanas, padre o madre, hijos o tierras, recibirá cien veces más y
heredará la vida eterna».
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