Viernes de la XV Semana del T.O.
Es fácil ver desde ahora cómo el judaísmo oficial del siglo
I de nuestra era se había radicalizado alejándose del espíritu de la norma que
siglos antes había surgido para salvaguardar la fe. Lo que no nos resulta tan
fácil es discernir los signos de los tiempos y descubrir qué elementos de
nuestra tradición son superados a diario por el evangelio.
Mt 12,1-8
En aquel tiempo, atravesó Jesús en sábado un sembrado; los
discípulos, que tenían hambre, empezaron a arrancar espigas y a comérselas.
Los fariseos, al verlo, le dijeron:
«Mira, tus discípulos están haciendo una cosa que no está
permitida en sábado».
Les replicó:
«¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y sus hombres
sintieron hambre? Entró en la casa de Dios y comieron de los panes de la
proposición, cosa que no les estaba permitida ni a él ni a sus compañeros, sino
solo a los sacerdotes.
¿Y no habéis leído en la ley que los sacerdotes pueden
violar el sábado en el templo sin incurrir en culpa?
Pues os digo que aquí hay uno que es más que el templo.
Si comprendierais lo que significa "quiero misericordia
y no sacrificio", no condenaríais a los inocentes. Porque el Hijo del
hombre es señor del sábado».
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