San Martín de Tours
Decía
Martin Luther King que el ser humano había aprendido a realizar grandes
prodigios, pero que no había aplicado el sencillo arte de vivir la fraternidad con
sus semejantes. Mucho antes Jesús daba las pistas para realizar este
maravilloso gesto: corregir y perdonar entre hermanos. No es una empresa fácil.
Por eso pedimos cada día la fe al Señor.
Lc 17,1-6
En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
-Es
inevitable que sucedan escándalos; pero ¡ay del que los provoca!
Al
que escandaliza a uno de estos pequeños, más le valdría que le encajaran en el
cuello una piedra de molino y lo arrojasen al mar.
Tened
cuidado.
Si
tu hermano te ofende, repréndelo; si se arrepiente, perdónalo; si te ofende
siete veces en un día, y siete veces vuelve a decirte: «lo siento», lo
perdonarás.
Los
apóstoles le pidieron al Señor:
-Auméntanos
la fe.
El
Señor contestó:
-Si
tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera: «Arráncate de
raíz y plántate en el mar», y os obedecería.
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