Qué
fácil es decir esa frase de “discernir los signos de los tiempo”. Y sin
embargo, qué difícil es hacerlo. Nos cuesta interpretar los signos, nos cuesta
ver las huellas de Dios en la humanidad. Hemos vestido todo de tantas cosas que
no acertamos a ver la profundidad de los rastros de Dios en la superficie. En
nuestros hermanos, en la naturaleza, et… Nos falta mirar con los ojos de la fe.
Lc 21,29-33
En
aquel tiempo, puso Jesús una comparación a sus discípulos:
-Fijaos
en la higuera o en cualquier árbol: cuando echan brotes, os basta verlos para
saber que la primavera está cerca.
Pues
cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca el reino de Dios.
Os
aseguro que antes que pase esta generación, todo eso se cumplirá.
El
cielo y la tierra pasarán, mis palabras no pasarán.
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