miércoles, 30 de diciembre de 2020

No se apartaba del templo...

 Miércoles de la Octava de Navidad

No todo el judaísmo rechaza al Mesías. Un pequeño grupo del judaísmo, mayoritariamente alejado del judaísmo oficial reciben y acogen la buena noticia de Dios. El niño recién nacido es luz de Israel. Nuestra actitud humilde abre el corazón al Niño. No es la oficialidad o no de nuestra fe, sino la disposición del corazón.


Reza Laudes en tu dispositivo

Reza Vísperas en tu dispositivo


Lucas 2, 36-40

En aquel tiempo, había una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, ya muy avanzada en años. De joven había vivido siete años casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del templo día, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones noche y día. Presentándose en aquel momento, alababa también a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén.

Y, cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, Jesús y sus padres volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño, por su parte, iba creciendo y robusteciéndose, y se llenó de sabiduría; y la gracia de Dios estaba con él.

martes, 29 de diciembre de 2020

Mis ojos han visto a tu Salvador...

 Martes de la Octava de Navidad

En medio de la felicidad que rodea el nacimiento del Hijo de Dios, el evangelista Lucas nos adelanta el camino difícil que le espera al Mesías. Un camino duro y de sufrimiento para poder llevar a la humanidad a la salvación definitiva. Solo desde aquí tiene sentido el sufrimiento. La recompensa que nos espera es mucho mayor.


Reza Laudes en tu dispositivo

Reza Vísperas en tu dispositivo


Lucas 2, 22-35

Cuando se cumplieron los días de la purificación, según la ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: «Todo varón primogénito será consagrado al Señor», y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: «un par de tórtolas o dos pichones».

Había entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo estaba con él. Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo.

Y cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo acostumbrado según la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo:

«Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz.

Porque mis ojos “han visto a tu Salvador”, a quien has presentado ante todos los pueblos: “luz para alumbrar a las naciones” y gloria de tu pueblo Israel».

Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño. Simeón los bendijo, diciendo a María su madre:

«Este ha sido puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; y será como un signo de contradicción - y a ti misma una espada te traspasará el alma - para que se pongan de manifiesto los pensamientos de muchos corazones».

lunes, 28 de diciembre de 2020

Un grito se oye...

 Lunes de la Octava de Navidad

Los Santos Inocentes

El relato del Evangelio de hoy nos recuerda a los orígenes del pueblo de Israel. Jesús es el origen del nuevo pueblo de Israel. Pasará por el bautismo y por las pruebas del desierto. Hoy sigue habiendo inocentes que sufren la injusticia, la soledad y el dolor ante las miradas lejanas. 


Reza Laudes en tu dispositivo

Reza Vísperas en tu dispositivo

Mateo 2, 13-18

Cuando se retiraron los magos, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo:

«Levántate, toma al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise; porque Herodes va a buscar al niño para matarlo».

José se levantó, tomó al niño y a su madre, de noche, se fue a Egipto y se quedó hasta la muerte de Herodes para que se cumpliese lo que dijo el Señor por medio del profeta:

«De Egipto llamé a mi hijo».

Al verse burlado por los magos, Herodes montó en cólera y mandó matar a todos los niños de dos años para abajo, en Belén y sus alrededores, calculando el tiempo por lo que había averiguado de los magos.

Entonces se cumplió lo dicho por medio del profeta Jeremías:

«Un grito se oye en Ramá, llanto y lamentos grandes; es Raquel que llora por sus hijos, y rehúsa el consuelo, porque ya no viven».

domingo, 27 de diciembre de 2020

Iba creciendo...

 Domingo de la Octava de Navidad.

Fiesta de la Sagrada Familia

La familia es el primer espacio en el que aprendemos a relacionarnos. Pero es también el ámbito apropiado para la transmisión de valores. En la familia nacemos y crecemos a la vida en sociedad. El cristiano también nace y crece a la vida de fe, a la Iglesia.


Reza Laudes en tu dispositivo

Reza Vísperas en tu dispositivo

Lucas 2, 36-40

Cuando se cumplieron los días de la purificación, según la ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén para presentarlo al Señor.

Y cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, Jesús y sus padres volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño, por su parte, iba creciendo y robusteciéndose, lleno de sabiduría; y la gracia de Dios estaba con él.

sábado, 26 de diciembre de 2020

El que persevere hasta el final...

 Sábado después de Navidad

San Esteban, primer mártir.

Contemplamos el misterio de la encarnación y también la trágica consecuencia para algunos de sus seguidores. Hombres y mujeres que han dado la vida por su fe. Una fe fundada en el amor, la libertad y la gratuidad, criterios no entendidos para la sinrazón del odio.


Reza Laudes en tu dispositivo

Reza Vísperas en tu dispositivo


Mateo 10, 17-22

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«¡Cuidado con la gente!, porque os entregarán a los tribunales, os azotarán en las sinagogas y os harán comparecer ante gobernadores y reyes por mi causa; para dar testimonio ante ellos y ante los gentiles.

Cuando os entreguen, no os preocupéis de lo que vais a decir o de cómo lo diréis: en aquel momento se os sugerirá lo que tenéis que decir, porque no seréis vosotros los que habléis, sino el Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros.

El hermano entregará al hermano a la muerte, el padre al hijo; se rebelarán los hijos contra sus padres y los matarán.

Y seréis odiados por todos a causa de mi nombre; pero el que persevere hasta el final, se salvará».

viernes, 25 de diciembre de 2020

Les dio poder de ser Hijos de Dios...

Solemnidad de la Natividad del Señor

Dios se ha encarnado en un niño. La Palabra se hace uno de nosotros. Nunca se había dado tal entrega de amor de Dios a los hombres. Por el niño recién nacido Dios nos ha hecho sus hijos… hermanos entre nosotros… no cabe el odio, el rencor ni el enfrentamiento entre hermanos… La dinámica que marca esta nueva etapa es la del amor.


 Reza Laudes en tu dispositivo

Reza Vísperas en tu dispositivo

Juan 1. 1-18

En el principio existía el Verbo y el Verbo estaba junto a Dios, y el Verbo era Dios.

Él estaba en el principio junto a Dios.

Por medio de él se hizo todo, y sin él no se hizo nada de cuanto se ha hecho.

En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.

Y la luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no lo recibió.

Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: este venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él.

No era él la luz, sino el que daba testimonio de la luz.

El Verbo era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre, viniendo al mundo.

En el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de él, y el mundo no la conoció.

Vino a su casa, y los suyos no la recibieron.

Pero a cuantos lo recibieron, les dio poder de ser hijos de Dios, a los que creen en su nombre.

Estos no han nacido de sangre, ni de deseo de carne, ni de deseo de varón, sino que han nacido de Dios.

Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria como del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.

Juan da testimonio de él y grita diciendo: «Este es de quien dije: el que viene detrás de mí se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo».

Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia.

Porque la ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad nos han llegado por medio de Jesucristo.

A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios unigénito, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer.


miércoles, 23 de diciembre de 2020

La mano del Señor estaba con él...

 

Miércoles de la IV Semana de Adviento

La esperanza de Dios se hace real y concreta. Isabel y Zacarías son el signo alegre de la promesa hecha por Dios. La antesala del cumplimiento de las escrituras. La víspera del Nacimiento del Hijo de Dios.


Reza Laudes en tu dispositivo

Reza Vísperas en tu dispositivo


Lucas 1, 57-66

A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. Se enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y se alegraban con ella.

A los ocho días vinieron a circuncidar al niño, y querían llamarlo Zacarías, como su padre; pero la madre intervino diciendo:

«¡No! Se va a llamar Juan».

Y le dijeron:

«Ninguno de tus parientes se llama así».

Entonces preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. Él pidió una tablilla y escribió: «Juan es su nombre». Y todos se quedaron maravillados.

Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios.

Los vecinos quedaron sobrecogidos, y se comentaban todos estos hechos por toda la montaña de Judea. Y todos los que los oían reflexionaban diciendo:

«Pues ¿qué será este niño?».

Porque la mano del Señor estaba con él.

martes, 22 de diciembre de 2020

Se alegra mi espíritu...

 Martes de la IV Semana de Adviento

La alegría de María es desbordante. No se agota en ella, no es una alegría pasajera ni superflua. Es fruto de haber encontrado sentido a la propia existencia. Por ello sale de ella, se extiende y se contagia a su alrededor. Los cristianos vivimos este tiempo con alegría de verdad, de la que contagia. Nunca ha sido tan necesaria esa alegría como ahora, fermento en medio de una sociedad entristecida por la pandemia.


Reza Laudes en tu dispositivo

Reza Vísperas en tu dispositivo

Lucas 1, 46-56

En aquel tiempo, María dijo:

«Proclama mi alma la grandeza del Señor, “se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava”.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: “su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación”.

Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, “derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia” - como lo había prometido a “nuestros padres” - en favor de Abrahán y su descendencia por siempre».

María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su casa.

lunes, 21 de diciembre de 2020

La criatura saltó de alegría...

San Pedro Canisio 

Lunes de la IV Semana de Adviento

La Esperanza que llena a María se convierte en alegría a su alrededor. María es reconocida como la madre del Señor, portadora de la esperanza que tanto han esperado. ¿Esperamos nosotros con alegría la venida del Hijo de Dios? Pues ya no queda nada. Vivamos estos días con la alegría que brota de lo más profundo de nuestro ser.


Reza Laudes en tu dispositivo

Reza Vísperas en tu dispositivo

Lucas 1, 39-45

En aquellos días, María se levantó y se puso en camino deprisa hacia la montaña, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.

Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y levantando la voz, exclamó:

«¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre!

¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Pues en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Bienaventurada la que ha creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá».

domingo, 20 de diciembre de 2020

Se turbo ante estas palabras...

IV Domingo de Adviento

La admiración de María no es un obstáculo. El miedo no paraliza a María en su respuesta generosa, por lo que no es miedo. No cabe en un corazón esperanzado la parálisis del temor. Es mayor la alegría de lo que esperamos. En esta recta final del Adviento la alegría ante lo inminente debería ser lo primordial.



Reza Laudes en tu dispositivo

Reza Vísperas en tu dispositivo

Lucas 1, 26-38

En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María.

El ángel, entrando en su presencia, dijo:

«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo».

Ella se turbó grandemente ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo:

«No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le podrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin».

Y María dijo al ángel:

«¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?». El ángel le contestó:

«El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. También tu pariente Isabel ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible».

María contestó:

«He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra».

Y el ángel se retiró.

viernes, 18 de diciembre de 2020

Tú le pondrás por nombre Jesús...

Viernes de la III Semana de Adviento

A nadie le extraña el comportamiento inicial de José. El rechazo, la incomprensión y el miedo conducen a José a que deje a María. Solo el encuentro con el Señor transforma su apatía en compromiso.


Reza Laudes en tu dispositivo

Reza Vísperas en tu dispositivo

Mateo 1, 18-24

La generación de Jesucristo fue de esta manera:

María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo.

José, su esposo, como era justo y no quería difamarla, decidió repudiarla en privado. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo:

«José, hijo de David, no temas acoger a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados».

Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por medio del profeta.

«Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrán por nombre Enmanuel, que significa “Dios-con-nosotros”».

Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y acogió a su mujer. 

jueves, 17 de diciembre de 2020

¿Sabes a quién esperas...?

 Jueves de la III Semana de Adviento

El Mesías que esperamos está vinculado a la humanidad desde sus inicios. Dios se ha hecho presente a lo largo de la Historia de la Salvación a todas las generaciones y ahora viene Él mismo y acampa entre nosotros para dar pleno cumplimiento a sus promesas. Aún así, ¿a quién esperamos nosotros?


Reza Laudes en tu dispositivo

Reza Vísperas en tu dispositivo

Mateo 1, 1-17

Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abrahán.

Abrahán engendró a Isaac, Isaac engendró a Jacob, Jacob engendró a Judá y a sus hermanos. Judá engendró, de Tamar, a Farés y a Zará, Farés engendró a Esrón, Esrón engendró a Aram, Aram engendró a Aminadab, Aminadab engendró a Naasón, Naasón engendró a Salmón, Salmón engendró, de Rahab, a Booz; Booz engendró, de Rut, a Obed; Obed engendró a Jesé, Jesé engendró a David, el rey.

David, de la mujer de Urías, engendró a Salomón, Salomón engendró a Roboam, Roboam engendró a Abías, Abías engendró a Asaf, Asaf engendró a Josafat, Josafat engendró a Joram, Joram engendró a Ozías, Ozías engendró a Joatán, Joatán engendró a Acaz, Acaz engendró a Ezequías, Ezequías engendró a Manasés, Manasés engendró a Amós, Amós engendró a Josías; Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, cuando el destierro de Babilonia.

Después del destierro de Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel engendró a Zorobabel, Zorobabel engendró a Abiud, Abiud engendró a Eliaquín, Eliaquín engendró a Azor, Azor engendró a Sadoc, Sadoc engendró a Aquim, Aquim engendró a Eliud, Eliud engendró a Eleazar, Eleazar engendró a Matán, Matán engendró a Jacob; y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo.

Así, las generaciones desde Abrahán a David fueron en total catorce; desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce; y desde la deportación a Babilonia hasta el Mesías, catorce.

miércoles, 16 de diciembre de 2020

Los ciegos ven...

 Miércoles de la III Semana de Adviento

Necesitamos de gestos, de signos externos para creer. No nos basta la palabra. Es un signo de desconfianza. Por eso necesitamos recuperar la fe, allanar nuestros caminos para que el Señor pueda hacerse un hueco en nuestra vida. Cuántas cegueras, cojeras y sorderas debemos sanar...


Reza Laudes en tu dispositivo

Reza Vísperas en tu dispositivo

Lucas 7, 19-23

En aquel tiempo, Juan, llamando a dos de sus discípulos, los envió al Señor diciendo:

«¿Eres tú el que ha de venir, o tenemos que esperar a otro?».

Los hombres se presentaron ante él y le dijeron:

«Juan el Bautista nos ha mandado a ti para decirte: “¿Eres tú el que ha de venir, o tenemos que esperar a otro?”». En aquella hora Jesús curó a muchos de enfermedades, achaques y malos espíritus, y a muchos ciegos les otorgó la vista.

Y respondiendo, les dijo:

«Id a anunciad a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios y los sordos oyen, los muertos resucitan, los pobres son evangelizados. Y ¡bienaventurado el que no se escandalice de mí!».

martes, 15 de diciembre de 2020

Se arrepintió y fue...

Martes de la III Semana de Adviento

No nos resulta extraño el Evangelio de hoy. Muy propio de esta sociedad de la imagen y la superficialidad decir si y hacer lo contrario. Es una llamada de atención a los cristianos de hoy que esperamos la próxima venida del niño Dios. Llamados a convertirnos, a dejarnos transformar por el Señor.


Reza Laudes en tu dispositivo

Reza Vísperas en tu dispositivo


Mateo 21, 28-32

En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:

«¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero y le dijo: "Hijo, ve hoy a trabajar en la viña." Él le contestó: "No quiero." Pero después se arrepintió y fue.

Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: "Voy, señor". Pero no fue.

¿Quién de los dos cumplió la voluntad de su padre?»

Contestaron:

«El primero».

Jesús les dijo:

«En verdad os digo que los publicanos y las prostitutas van por delante de vosotros en el reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia y no le creísteis; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. Y, aun después de ver esto, vosotros no os arrepentisteis ni le creísteis».

lunes, 14 de diciembre de 2020

En los gestos cotidianos...

San Juan de la Cruz Lunes de la III Semana de Adviento

En vez de escuchar el mensaje, los sumos sacerdotes estaban atentos a la legitimidad del mensajero y buscaban la forma de no escuchar. No andamos lejos nosotros cuando hacemos oídos sordos a las continuas llamadas de Dios y nos ocupamos en lo superfluo. La llamada de Dios transforma a quien lo escucha. Lo importante es sencillo, humilde y silencioso.


Reza Laudes en tu dispositivo

Reza Vísperas en tu dispositivo


Mateo 21, 23-27

En aquel tiempo, Jesús llegó al templo y, mientras enseñaba, se le acercaron los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo para preguntarle:

«¿Con qué autoridad haces esto? ¿Quién te ha dado semejante autoridad?».

Jesús les replicó:

«Os voy a hacer yo también una pregunta; si me la contestáis, os diré yo también con qué autoridad hago esto. El bautismo de Juan ¿de dónde venía, del cielo o de los hombres?».

Ellos se pusieron a deliberar:

«Si decimos "del cielo", nos dirá: "¿Por qué no le habéis creído?" Si le decimos "de los hombres", tememos a la gente; porque todos tienen a Juan por profeta».

Y respondieron a Jesús:

«No sabemos»

Él, por su parte, les dijo:

«Pues tampoco yo os digo con qué autoridad hago esto».

domingo, 13 de diciembre de 2020

Para dar testimonio de la luz...

III Domingo de Adviento

La llegada del Señor es inminente y la llamada a la conversión urge. Juan llama a todos a convertirse, a dejarse convertir. El signo del bautismo de Juan es un gesto externo, pero el gesto más auténtico está por llegar. Por eso urge que nos pongamos en serio a allanar nuestros caminos, retirar obstáculos…


Reza Laudes en tu dispositivo

Reza Vísperas en tu dispositivo


Juan 1, 6-8. 19-28

Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: este venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él.

No era él la luz, sino el que daba testimonio de la luz.

Y este es el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas a que le preguntaran:

«¿Tú quién eres?»

Él confesó y no negó; confesó:

«Yo no soy el Mesías».

Le preguntaron:

«¿Entonces, qué? ¿Eres tú Elías?».

El dijo:

«No lo soy».

«¿Eres tú el Profeta?».

Respondió: «No».

Y le dijeron:

«¿Quién eres? Para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado, ¿Qué dices de ti mismo?»

Él contestó:

«Yo soy la voz que grita en el desierto: "Allanad el camino del Señor", como dijo el profeta Isaías».

Entre los enviados había fariseos y le preguntaron:

«Entonces, ¿por qué bautizas, si tú no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?».

Juan les respondió:

«Yo bautizo con agua; en medio de vosotros hay uno que no conocéis, el que viene detrás de mí, y al que no soy digno de desatar la correa de la sandalia».

Esto pasaba en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde estaba Juan bautizando.

viernes, 11 de diciembre de 2020

Gritan diciendo...

Viernes de la II Semana de Adviento

Hasta ahora habíamos alimentado ciertas seguridades que nos garantizaban ciertas certezas de cara al futuro más inmediato. No parece que las seguridades pasasen de ser apariencia. Ha llegado el envite de la pandemia y solo nos queda incertidumbre. Estamos desorientados. Necesitados de esperanza. Abramos los sentidos, despertemos y abramos un hueco en nuestro corazón al Dios que se hace uno de nosotros.


Reza Laudes en tu dispositivo

Reza Vísperas en tu dispositivo


Mateo 11, 16-19

En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente:

«¿A quién se parece esta generación?

Se asemeja a unos niños sentados en la plaza, que gritan diciendo:

“Hemos tocado la flauta, y no habéis bailado; hemos entonado lamentaciones, y no habéis llorado”.

Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: “Tiene un demonio”. Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: “Ahí tenéis a un comilón y borracho, amigo de publicanos y pecadores”.

Pero la sabiduría se ha acreditado por sus obras».

jueves, 10 de diciembre de 2020

Necesitados de profetas...

 Jueves de la II Semana de Adviento

La grandeza del profeta no radica en el linaje de su familia, ni en el dinero amontonado, ni siquiera en su poder o en la fama adquirida. La grandeza de Juan radica en el origen de su misión, que es de Dios, y en la coherencia de su vida. Pero los profetas no desaparecieron para siempre. Hoy son más necesarios que nunca. Necesitamos portavoces de Dios que hagan entrar en crisis las estructuras injustas de este mundo, pero que llenen de esperanza nuestros corazones.


Reza Laudes en tu dispositivo

Reza Vísperas en tu dispositivo


Mateo 11, 11-15

En aquel tiempo, dijo Jesús al gentío:

«En verdad os digo que no ha nacido de mujer uno más grande que Juan el Bautista; aunque el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él.

Desde los días de Juan el Bautista, hasta ahora el reino de los cielos sufre violencia y los violentos lo arrebatan. Los profetas y la Ley han profetizado hasta que vino Juan; él es Elías, el que tenía que venir, con tal que queráis admitirlo.

El que tenga oídos que oiga».

miércoles, 9 de diciembre de 2020

Venid a mí...

 Miércoles de la II Semana de Adviento

El camino del Adviento puede hacerse duro. Pasa por reconocerse necesitado de conversión y pedir la gracia para que Dios transforme nuestra existencia. Precisamente ese camino de humildad es el que Jesucristo eligió y el que choca, frontalmente, con los valores que nuestra sociedad nos ofrece. La fe es ese hombro sobre el que reposar nuestros agobios.


Reza Laudes en tu dispositivo

Reza Vísperas en tu dispositivo


Mateo 11, 28-30

En aquel tiempo, Jesús tomó la palabra y dijo:

«Venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré.

Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».

martes, 8 de diciembre de 2020

¿Cómo será eso...?

 Fiesta de la Inmaculada Concepción de la Virgen. 

Martes de la II Semana de Adviento

En el sí de María va el sí de la humanidad a la presencia de Dios en medio de nosotros. No hay aportación más generosa, colaboración al plan de Dios y corresponsabilidad. Nos resulta entrañable dirigirnos a María Madre de Dios y Madre nuestra, pero continuamos aprendiendo de ella en cada gesto. Ella es modelo de vida creyente.


Reza Laudes en tu dispositivo

Reza Vísperas en tu dispositivo

Lucas 1.26-38

En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María.

El ángel, entrando en su presencia, dijo:

«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo».

Ella se turbó grandemente ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo:

«No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin».

Y María dijo al ángel:

«¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?».

El ángel le contestó:

«El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. También tu pariente Isabel ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, “porque para Dios nada hay imposible».

María contestó:

«He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra».

Y el ángel se retiró.

lunes, 7 de diciembre de 2020

Subieron a la azotea...

San Ambrosio. Lunes de la II Semana de Adviento

La preparación del camino de nuestra vida para allanar la llegada del Señor a nuestra vida requiere de buena disponibilidad de corazón. Sin levantarnos del acomodado sofá de casa, a través del cual nos llega la realidad, será difícil abrirle hueco a Dios. Tendremos que poner de nuestra parte, también…


Reza Laudes en tu dispositivo

Reza Vísperas en tu dispositivo

Lucas 5, 17-26

Un día, estaba Jesús enseñando, y estaban sentados unos fariseos y maestros de la ley, venidos de todas las aldeas de Galilea, Judea y Jerusalén. Y el poder del Señor estaba con él para realizar curaciones.

En esto, llegaron unos hombres que traían en una camilla a un hombre paralítico y trataban de introducirlo y colocarlo delante de él. No encontrando por donde introducirlo a causa del gentío, subieron a la azotea, lo descolgaron con la camilla a través de las tejas, y lo pusieron en medio, delante de Jesús. Él, viendo la fe de ellos, dijo:

«Hombre, tus pecados están perdonados».

Entonces se pusieron a pensar los escribas y los fariseos:

«¿Quién es este que dice blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino solo Dios?».

Pero Jesús, conociendo sus pensamientos, respondió y les dijo:

«¿Qué estáis pensando en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil: decir "Tus pecados te son perdonados", o decir “Levántate y echa a andar”? Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar pecados - dijo al paralítico -: “A ti te lo digo, ponte en pie, toma tu camilla y vete a tu casa”».

Y, al punto, levantándose a la vista de ellos, tomó la camilla donde había estado tendido y se marchó a su casa dando gloria a Dios

El asombro se apoderó de todos y daban gloria a Dios. Y, llenos de temor, decían:

«Hoy hemos visto maravillas».