Miércoles de la III Semana de Adviento
Necesitamos de gestos, de signos externos para creer.
No nos basta la palabra. Es un signo de desconfianza. Por eso necesitamos
recuperar la fe, allanar nuestros caminos para que el Señor pueda hacerse un
hueco en nuestra vida. Cuántas cegueras, cojeras y sorderas debemos sanar...
Lucas 7, 19-23
En aquel tiempo, Juan, llamando a dos de sus
discípulos, los envió al Señor diciendo:
«¿Eres tú el que ha de venir, o tenemos que esperar a
otro?».
Los hombres se presentaron ante él y le dijeron:
«Juan el Bautista nos ha mandado a ti para decirte:
“¿Eres tú el que ha de venir, o tenemos que esperar a otro?”». En aquella hora
Jesús curó a muchos de enfermedades, achaques y malos espíritus, y a muchos
ciegos les otorgó la vista.
Y respondiendo, les dijo:
«Id a anunciad a Juan lo que habéis visto y oído: los
ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios y los sordos oyen, los
muertos resucitan, los pobres son evangelizados. Y ¡bienaventurado el que no se
escandalice de mí!».
No hay comentarios:
Publicar un comentario