Martes de la XXVIII Semana del Tiempo Ordinario
La propuesta de Jesús es clara y no caben dobles
formas de medir. Lo realmente importante en el ser humano está por dentro, es
lo que brota del interior del hombre, de su ser, de su sentir. De poco sirve la
imagen exterior que pretendemos proyectar si por dentro estamos vacíos.
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Lucas 11, 37-41
En aquel tiempo, cuando Jesús terminó de hablar, un
fariseo le rogó que fuese a comer con él.
Él entró y se puso a la mesa.
Como el fariseo se sorprendió al ver que no se lavaba
las manos antes de comer, el Señor le dijo:
«Vosotros, los fariseos, limpiáis por fuera la copa y
el plato, pero por dentro rebosáis de rapiña y maldad.
¡Necios! El que hizo lo de fuera, ¿no hizo también lo
de dentro? Con todo, dad limosna de lo que hay dentro, y lo tendréis limpio
todo».
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