sábado, 30 de abril de 2022

No temas...

Sábado de la II Semana de Pascua

Barca, noche, viento recio… Todos los componentes para la inestabilidad, la duda. Así es nuestro camino. Una peregrinación vacilante, expuesta a los vaivenes del viento que sopla en cada momento. La noche que dificulta nuestro avance y de fondo el miedo que nos paraliza y esclaviza. Y el Señor que nos apacigua y da serenidad… No temáis… 


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Juan 6, 16-21

Al oscurecer, los discípulos de Jesús bajaron al mar, embarcaron y empezaron la travesía hacia Cafárnaún. Era ya noche cerrada, y todavía Jesús no los había alcanzado; soplaba un viento fuerte, y el lago se iba encrespando.

Habían remado unos veinticinco o treinta estadios, cuando vieron a Jesús que se acercaba a la barca, caminando sobre el mar, y se asustaron.

Pero él les dijo:

«Soy yo, no temáis».

Querían recogerlo a bordo, pero la barca tocó tierra en seguida, en el sitio a donde iban.


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