Martes de la XXI Semana del Tiempo Ordinario
La llamada de atención de Jesús continúa. Hoy va más al
fondo de la cuestión. No basta con no poner muros, ser testigo del Evangelio implica
la transformación personal íntegra, de dentro afuera, la coherencia del
testigo.
Mateo 23, 23-26
En aquel tiempo, habló Jesús diciendo:
«¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que
pagáis el diezmo de la menta, del anís y del comino, y descuidáis lo más grave
de la ley: la justicia, la misericordia y la fidelidad!
Esto es lo que habría que practicar, aunque sin descuidar
aquello.
¡Guías ciegos, que filtráis el mosquito y os tragáis el
camello!
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que
limpiáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro estáis rebosando de
robo y desenfreno! ¡Fariseo ciego!, limpia primero la copa por dentro, y así
quedará limpia también por fuera».
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