Viernes de la XX Semana del Tiempo Ordinario
A lo largo de toda la semana la Palabra de Dios nos ha
dado muchas pistas y algunas advertencias para que cuidemos nuestra vida de fe.
No son normas, ni leyes. Tienen que brotar del corazón, tienen que hacerse
porque algo más grande nos mueve a hacerlo, no porque alguien nos lo imponga.
Hoy la Palabra de Dios nos dice cuál es la causa; el amor a Dios y a los demás.
No hay otra razón. Las lentes de Dios son el amor.
Mateo 22, 34-40
En aquel tiempo, los fariseos, al oír que Jesús había
hecho callar a los saduceos, se reunieron en un lugar y uno de ellos, un doctor
de la Ley, le preguntó para ponerlo a prueba:
«Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la Ley?».
Él le dijo:
«“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu
alma, con toda tu mente”.
Este mandamiento es el principal y primero. El segundo es
semejante a él:
“Amarás a tu prójimo como a ti mismo”.
En estos dos mandamientos se sostienen toda la Ley y los
Profetas».
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