San Andrés, Apóstol
Miércoles de la I Semana
de Adviento
La llamada de Jesús a sus discípulos es directa, tiene
nombre propio y un futuro esperanzador, por difícil que parezca. Así es el Señor.
Mira, se fija, conoce y llama para invitar a algo rotundamente novedoso. Tan
radicalmente nuevo que cambia la existencia.
Mt 4,18-22
En aquel tiempo, paseando Jesús junto al mar de Galilea
vio a dos hermanos, a Simón, llamado Pedro, y a Andrés, que estaban echando la
red en el mar, pues eran pescadores
Les dijo:
«Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres.»
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
Y pasando adelante vio a otros dos hermanos, a Santiago,
hijo de Zebedeo, y a Juan, su hermano, que estaban en la barca repasando las
redes con Zebedeo, su padre, y los llamó.
Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo
siguieron.
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