lunes, 14 de noviembre de 2022

Recobró la vista y lo seguía...

 Lunes de la XXXIII Semana del Tiempo Ordinario

En el camino, Jesús se encuentra con un ciego que demanda su atención. No pide dinero, ni fama ni poder. Pide poder reincorporarse a una sociedad que lo había dejado a un lado. Jesús lo sana y él hace su camino junto a él. Transformado se pone en el mismo camino que el Señor.


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Lc 18,35-43

Cuando se acercaba Jesús a Jericó, había un ciego sentado al borde del camino pidiendo limosna. Al oír que pasaba gente, preguntaba qué era aquello; y le informaron:

«Pasa Jesús el Nazareno».

Entonces empezó a gritar:

«¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!».

Los que iban delante lo regañaban para que se callara, pero él gritaba más fuerte:

«¡Hijo de David, ten compasión de mí!».

Jesús se paró y mandó que se lo trajeran.

Cuando estuvo cerca, le preguntó:

«¿Qué quieres que haga por ti?».

Él dijo:

«Señor, que recobre la vista».

Jesús le dijo:

«Recobra la vista, tu fe te ha salvado».

Y enseguida recobró la vista y lo seguía, glorificando a Dios. Y todo el pueblo, al ver esto, alabó a Dios.

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