Miércoles de la I Semana
de Cuaresma
Esta tentación no aparecía en el relato del evangelio del
Domingo. La increencia y la falta de confianza conduce al reclamo constante de
gestos y signos. Y sin embargo vivimos la época en la que menos contrastamos y
más noticias falsas se producen y nos creemos. Pero la fe no va de noticias
contrastadas, va de confianza en el Dios que ya ha dado gestos de su compromiso
con el hombre. El Dios que se entregó y padeció el suplicio de la cruz, pasó
por la oscuridad de la muerte y resucitó. Quizá la Cuaresma no es tiempo de pedir signos, sino de despertar sentidos...
Lc 11,29-32
En aquel tiempo, la gente se apiñaba alrededor de Jesús, y
él se puso a decirles:
«Esta generación es una generación perversa. Pide un
signo, pero no se le dará más signo que el signo de Jonás. Pues como Jonás fue
un signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para
esta generación.
La reina del Sur se levantará en el juicio contra los
hombres de esta generación y hará que los condenen, porque ella vino desde los
confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que
es más que Salomón.
Los hombres de Nínive se alzarán en el juicio contra esta generación y harán que la condenen; porque ellos se convirtieron con la proclamación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás».
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