Martes de la VI Semana de Pascua
Pecado, justicia y condena… Las primeras comunidades
reciben esta palabra ante la experiencia que acaba de vivir. No todos acogieron
la Palabra y quienes la acogieron vivieron entre la persecución y la certeza de
su fe. Ante las dificultades nosotros también tenemos la certeza de lo que
creemos, pero a veces nos refugiamos en otras propuestas.
Jn 16,5-11
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Ahora me voy al que me envió, y ninguno de vosotros me
pregunta: "¿Adónde vas?". Sino que, por haberos dicho esto, la
tristeza os ha llenado el corazón. Sin embargo, os digo la verdad: os conviene
que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito. En
cambio, si me voy, os lo enviaré.
Y cuando venga, dejará convicto al mundo acerca de un
pecado, de una justicia y de una condena. De un pecado, porque no creen en mí;
de una justicia, porque me voy al Padre, y no me veréis; de una condena, porque
el príncipe de este mundo está condenado».
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