Viernes de la VI Semana de Pascua
No son pequeñas las dificultades que atravesamos en
nuestra vida. Y la vida de fe tampoco es ajena a esas dificultades. Las
contrariedades, el desaliento y la indiferencia nos conduce a la desesperanza y
la tristeza. Pero confiemos en el Señor. Que no decaiga la alegría de los
cristianos.
Jn 16,20-23a
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«En verdad, en verdad os digo: vosotros lloraréis y os
lamentaréis, mientras el mundo estará alegre; vosotros estaréis tristes, pero
vuestra tristeza se convertirá en alegría.
La mujer, cuando va a dar a luz, siente tristeza, porque
ha llegado su hora; pero, en cuanto da a luz al niño, ni se acuerda del apuro,
por la alegría de que al mundo le ha nacido un hombre.
También vosotros ahora sentís tristeza; pero volveré a
veros, y se alegrará vuestro corazón, y nadie os quitará vuestra alegría. Ese
día no me preguntaréis nada».
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