VI Domingo de Pascua
La misión que el Hijo de Dios ha llevado a cabo tiene su
sentido en la comunidad de amor con el Padre y el Espíritu Santo. Así deben
vivir las comunidades cristianas, desde la óptica del amor. Cada vez que la
comunidad se aleja del amor se aleja de la verdad.
Jn 14,15-21
«Si me amáis, guardaréis mis mandamientos. Y yo le pediré
al Padre que os dé otro Paráclito, que esté siempre con vosotros, el Espíritu
de la verdad. El mundo no puede recibirlo, porque no lo ve ni lo conoce;
vosotros, en cambio, lo conocéis, porque mora con vosotros y está en vosotros.
No os dejaré huérfanos, volveré a vosotros. Dentro de poco
el mundo no me verá, pero vosotros me veréis y viviréis, porque yo sigo
viviendo. Entonces sabréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí y yo en
vosotros. El que acepta mis mandamientos y los guarda, ese me ama; y el que me
ama será amado por mi Padre, y yo también lo amaré y me manifestaré a él».
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