Santísimo nombre de Jesús
3 de enero
Antes
de la irrupción de Jesucristo, eran los hombres los que hacían sacrificios a
los dioses para la obtención de beneficios o del favor de Dios. Pero Juan nos
anuncia una de las novedades. Dios mismo ofrece a su hijo en sacrificio de
amor. Es el Cordero de Dios que quitará el pecado del mundo. Así lo reconoce
Juan y así lo contempla. Una radical novedad para conocer y amar a Dios.
Jn 1,29-34
Al
día siguiente, al ver Juan a Jesús que venía hacia él, exclamó:
«Este
es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Este es aquel de quien yo
dije: "Tras de mí viene un hombre que está por delante de mí, porque
existía antes que yo". Yo no lo conocía, pero he salido a bautizar con
agua, para que sea manifestado a Israel».
Y
Juan dio testimonio diciendo:
«He contemplado al Espíritu que bajaba del cielo como una paloma, y se posó sobre él. Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: "Aquel sobre quien veas bajar el Espíritu y posarse sobre él, ese es el que bautiza con Espíritu Santo". Y yo lo he visto y he dado testimonio de que este es el Hijo de Dios».
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