No necesitan médico los sanos...

No parece que a los expertos en la ley les agradase la compañía de Jesús. No habían acertado a leer los signos de los tiempos. No habían llegado a conocer a Dios. Por eso Jesús se encarga de recordárselo… la palabra y la obra del Señor está destinada a aquellos que sienten la necesidad y disponen el corazón.

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Marcos 2, 13-17

En aquel tiempo, Jesús salió de nuevo a la orilla del mar; toda la gente acudía a él, y les enseñaba.

Al pasar, vio a Leví, el de Alfeo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dice:

Sígueme.

Se levantó y lo siguió.

Sucedió que, mientras estaba él sentado a la mesa en casa de Leví, muchos publicanos y pecadores se sentaban con Jesús y sus discípulos, pues eran ya muchos los que lo seguían.

Los escribas de los fariseos, al ver que comía con pecadores y publicanos, decían a sus discípulos:

¿Por qué come con publicanos y pecadores?

Jesús lo oyó y les dijo:

No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores.