Santa Brígida, patrona de Europa, Fiesta
Los frutos de la fe son las obras
de amor al prójimo y a Dios. Pero no todas las obras son fruto de la fe. Por
eso la radical diferencia de los cristianos respecto al resto no es el tamaño
ni la importancia de las obras que realizamos, sino la razón de nuestro existir
y el motivo por el que hacemos lo que hacemos.
Jn 15,1-8
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus
discípulos:
- «Yo soy la verdadera vid, y mi
Padre es el labrador.
A todo sarmiento mío que no da
fruto lo arranca,
y a todo el que da fruto lo poda,
para que dé más fruto.
Vosotros ya estáis limpios por
las palabras que os he hablado;
permaneced en mí, y yo en
vosotros.
Como el sarmiento no puede dar
fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no
permanecéis en mí.
Yo soy la vid, vosotros los
sarmientos;
el que permanece en mí y yo en
él, ése da fruto abundante;
porque sin mí no podéis hacer
nada.
Al que no permanece en mí lo
tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al
fuego, y arden.
Si permanecéis en mí, y mis
palabras permanecen en vosotros,
pediréis lo que deseáis, y se
realizará.
Con esto recibe gloria mi Padre,
con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos.»
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