viernes, 12 de julio de 2019

El riesgo de creer...


El seguimiento de Jesús, el testimonio que algunos cristianos dan, conlleva, a veces, la entrega de la propia existencia. La verdad y la razón molestan a los intereses de algunos hombres, especialmente del poder. Pero no es nuestra palabra, es la esencia de la que somos portadores.

Mt 10,16-23
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus Apóstoles:
-Mirad que os mando como ovejas entre lobos; por eso, sed sagaces como serpientes y sencillos como palomas.
Pero no os fieis de la gente, porque os entregarán a los tribunales, os azotarán en las sinagogas y os harán comparecer ante gobernadores y reyes por mi causa; así daréis testimonio ante ellos y ante los gentiles.
Cuando os arresten, no os preocupéis de lo que vais a decir o de cómo lo diréis: en su momento se os sugerirá lo que tenéis que decir; no seréis vosotros los que habléis, el Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros.
Los hermanos entregarán a sus hermanos para que los maten, los padres a los hijos; se rebelarán los hijos contra sus padres, y los matarán.
Todos os odiarán por mi nombre: el que persevere hasta el final, se salvará.
Cuando os persigan en una ciudad, huid a otra.
Creedme, no terminaréis con las ciudades de Israel antes de que vuelva el Hijo del Hombre.

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