San Francisco de Sales
Lunes de la III Semana del
Tiempo Ordinario
Lo que no es perdonable es negarse a abrir los ojos, a
ver, a buscar, a descubrir, a interrogarse. Porque el Espíritu Santo es la luz
que guía al ser humano. Por eso negar al Espíritu es negar lo que es evidente.
Marcos 3, 22-30
En aquel tiempo, los escribas que habían bajado de
Jerusalén decían:
«Tiene dentro a Belzebú y expulsa a los demonios con el
poder del jefe de los demonios».
Él los invitó a acercarse y les hablaba en parábolas:
«¿Cómo va a echar Satanás a Satanás? Un reino dividido
internamente no puede subsistir; una familia dividida no puede subsistir. Si
Satanás se rebela contra sí mismo, para hacerse la guerra, no puede subsistir,
está perdido. Nadie puede meterse en casa de un hombre forzudo para arramblar
con su ajuar, si primero no lo ata; entonces podrá arramblar con la casa.
En verdad os digo, todo se les podrá perdonar a los
hombres: los pecados y cualquier blasfemia que digan; pero el que blasfeme
contra el Espíritu Santo no tendrá perdón jamás, cargará con su pecado para
siempre».
Se refería a los que decían que tenía dentro un espíritu
inmundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario