Sábado de la I Semana del Tiempo Ordinario
Todos están llamados a participar en la misión del Señor,
pero no todos aceptan la llamada. Más aún, hay quienes no la entienden, ni la
comparten. Pero hay también quienes solo encuentran problemas, y si no los
encuentran, los crean.
Marcos 2, 13-17
En aquel tiempo, Jesús salió de nuevo a la orilla del mar;
toda la gente acudía a él y les enseñaba.
Al pasar, vio a Leví, el de Alfeo, sentado al mostrador de
los impuestos, y le dice:
«Sígueme».
Se levantó y lo siguió.
Sucedió que, mientras estaba él sentado a la mesa en casa,
de Leví, muchos publicanos y pecadores se sentaban con Jesús y sus discípulos,
pues eran ya muchos los que los seguían.
Los escribas de los fariseos, al ver que comía con
pecadores y publicanos, decían a sus discípulos:
«¿Por qué come con publicanos y pecadores?».
Jesús lo oyó y les dijo:
«No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he
venido a llamar a los justos, sino a pecadores».
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