lunes, 17 de enero de 2022

Difícilmente un rico...

 San Antonio Abad

Lunes de la II Semana del Tiempo Ordinario

El seguimiento de Jesús, si es verdadero, transforma la forma de estar y de relacionarse con los demás y con las cosas. No es una exigencia o una prohibición; sino una necesidad. Sentirse libre y disponible es mejor sin mochilas que tengan demasiado peso y la riqueza suele ser un obstáculo a un corazón desprendido.


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Mt 19,16-26

En aquel tiempo, se acercó uno a Jesús y le preguntó:

-«Maestro, ¿qué tengo que hacer de bueno para obtener la vida eterna?»

Jesús le contestó:

-«¿Por qué me preguntas qué es bueno? Uno solo es Bueno. Mira, si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos.»

Él le preguntó:

-«¿Cuáles?»

Jesús le contestó:

-«No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre, y ama a tu prójimo como a ti mismo.»

El muchacho le dijo:

-«Todo eso lo he cumplido. ¿Qué me falta?»

Jesús le contestó:

-«Si quieres llegar hasta el final, vende lo que tienes, da el dinero a los pobres -así tendrás un tesoro en el cielo- y luego vente conmigo.»

Al oír esto, el joven se fue triste, porque era rico.

Jesús dijo a sus discípulos: -«Creedme: difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos. Lo repito: Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de los cielos.» Al oírlo, los discípulos dijeron espantados: -«Entonces, ¿quién puede salvarse?» Jesús se les quedó mirando y les dijo: -«Para los hombres es imposible; pero Dios lo puede todo.»

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