viernes, 30 de septiembre de 2022

Ay de ti...

San Jerónimo, presbítero y doctor 

Viernes de la XXVI Semana del Tiempo Ordinario

La Palabra de Dios ha sido enviada a los hombres, pero algunos han decidido cerrar los sentidos. Si los sentidos se cierran el corazón se endurece y no se siente disponible para acoger a Dios. ¿Acaso nos sentimos mejores nosotros? La advertencia del Señor sigue presente como señal de alerta.


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Lucas 10, 13-16

En aquel tiempo, dijo Jesús:

«¡Ay de ti, Corozaín; ay de ti, Betsaida! Pues si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que se habrían convertido, vestidos de sayal y sentados en la ceniza.

Por eso el juicio les será más llevadero a Tiro y a Sidón que a vosotras.

Y tú, Cafarnaún, ¿piensas escalar el cielo? Bajarás al infierno.

Quien a vosotros escucha, a mí me escucha; quien a vosotros rechaza, a mí me rechaza; y quien me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado».

jueves, 29 de septiembre de 2022

Debajo de una higuera te vi...

Santos arcángeles, Gabriel, Miguel y Rafael
Jueves de la XXVI Semana del Tiempo Ordinario
La llamada del Señor no es ajena a realidad que el ser humano vive. Frente a la sorpresa inicial Jesús muestra que no es fruto de la improvisación, ni de la fortuna. Dios ya te ha visto, más aún, te ha mirado. Una vez que te conoce te llama, te interpela y te invita a seguirle. Hay una pso que depende de ti. ¿Estás dispuesto?

Juan 1, 47-51
En aquel tiempo, vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él:
«Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño».
Natanael le contesta:
«¿De qué me conoces?».
Jesús le responde:
«Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi».
Natanael respondió:
«Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel».
Jesús le contestó:
«¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores».
Y le añadió:
«En verdad, en verdad os digo: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre».

miércoles, 28 de septiembre de 2022

Desgastar-se...

 Miércoles de la XXVI Semana del Tiempo Ordinario

La exigencia del seguimiento no viene impuesta por una condición efectiva del buen discípulo, ni por una profesionalización del apostolado, sino que brota de quien ha descubierto a Jesús como centro de su vida, se ha dejado transformar por Dios, es un hombre nuevo y decide desgastar su vida en el servicio al Evangelio.


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Lucas 9, 57-62

En aquel tiempo, mientras Jesús y sus discípulos iban de camino, le dijo uno:

«Te seguiré adondequiera que vayas».

Jesús le respondió:

«Las zorras tienen madriguera, y los pájaros del cielo nidos, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza».

A otro le dijo:

«Sígueme»

Él respondió:

«Señor, déjame primero ir a enterrar a mi padre».

Le contestó:

«Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el reino de Dios».

Otro le dijo:

«Te seguiré, Señor. Pero déjame primero despedirme de los de mi casa».

Jesús le contestó:

Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás vale para el reino de Dios».

martes, 27 de septiembre de 2022

Los regañó...

 San Vicente de Paúl, presbítero

Martes de la XXVI Semana del Tiempo Ordinario

Ante el rechazo y la indiferencia, es fácil caer en la tentación de buscar la venganza. Pero la revancha nunca es portadora de paz. Al contrario, el uso de la violencia genera más violencia. Los hijos de la fe deben buscar la paz, por muy difícil que resulte.


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Lucas 9, 51-56

Cuando se completaron los días en que iba a ser llevado al cielo, Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén. Y envió mensajeros delante de él.

Puestos en camino, entraron en una aldea de samaritanos para hacer los preparativos. Pero no lo recibieron, porque su aspecto era el de uno que caminaba hacia Jerusalén.

Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le dijeron:

«Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo que acabe con ellos?».

Él se volvió y los regañó. Y se encaminaron hacia otra aldea.

lunes, 26 de septiembre de 2022

De primeros y últimos...

 Lunes de la XXVI Semana del Tiempo Ordinario

En el evangelio del domingo Jesús advertía a aquellos a quienes la riqueza ha herido los sentidos, haciéndolos insensibles al dolor humano a su alrededor. Y en este ambiente, ¿quién es para Dios el primero? No el que más bienes acumula, ni tampoco el que más éxitos atesora… No. El primero será el que se ponga al servicio de los demás.


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Lucas 9, 46-50

En aquel tiempo, se suscitó entre los discípulos una discusión sobre quién sería el más importante.

Entonces Jesús, conociendo los pensamientos de sus corazones, tomó de la mano a un niño, lo puso a su lado y les dijo:

«El que acoge a este niño en mi nombre, me acoge a mí; y el que me acoge a mí, acoge al que me ha enviado. Pues el más pequeño de vosotros es el más importante».

Entonces Juan tomó la palabra y dijo:

«Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre y, como no es de los nuestros, se lo hemos querido impedir».

Jesús le respondió:

«No se lo impidáis: el que no está contra vosotros, está a favor vuestro».

domingo, 25 de septiembre de 2022

Los que...

 XXVI Domingo del Tiempo Ordinario

El problema del hombre rico no es su maldad, ni siquiera su intencionalidad. No, el problema es su ceguera, su falta de sensibilidad, la burbuja en la que se ha aposentado y la indiferencia que eso genera. ¡Qué cerca estaba Lázaro! ¡Qué cerca están hoy los pobres, los necesitados, los que caminan inmersos en una soledad obligada, los que…


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Lucas 16, 19-31

En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos:

- «Había un hombre rico que se vestía de púrpura y de lino y banqueteaba cada día.

Y un mendigo llamado Lázaro estaba echado en su portal, cubierto de llagas, y con ganas de saciarse de lo que caía de la mesa del rico.

Y hasta los perros venían y le lamían las llagas.

Sucedió que se murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abrahán.

Murió también el rico y fue enterrado. Y, estando en el infierno, en medio de los tormentos, levantó los ojos y vio de lejos a Abrahán, y a Lázaro en su seno, y gritando, dijo:

"Padre Abrahán, ten piedad de mí y manda a Lázaro que moje en agua la punta del dedo y me refresque la lengua, porque me torturan estas llamas".

Pero Abrahán le dijo:

"Hijo, recuerda que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro, a su vez, males: por eso ahora él aquí consolado, mientras que tú eres atormentado.

Y además, entre nosotros y vosotros se abre un abismo inmenso, para que quieran cruzar desde aquí hacia vosotros no puedan hacerlo, ni tampoco pasar de ahí hasta nosotros".

El dijo:

"Te ruego, entonces, padre, que mandes a Lázaro a casa de mi padre, pues tengo cinco hermanos: que les dé testimonio de estas cosas, no sea que también vengan ellos a este lugar de tormento".

Abrahán le dice:

"Tienen a Moisés y a los profetas: que los escuchen".

Pero él de dijo:

"No, padre Abrahán. Pero si un muerto va a ellos, se arrepentirán"

Abrahán le dijo:

"Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no se convencerán ni, aunque resucite un muerto"».

sábado, 24 de septiembre de 2022

Les daba miedo preguntarle...

 Sábado de la XXV Semana del Tiempo Ordinario

La admiración inicial que provoca Jesús corre el riesgo de convertirse en un exceso de triunfalismo y convertir a Jesús en lo que no es. Jesús tiene una misión y es coherente en palabras y hechos. Hacer de él lo que no es, suponer tergiversar la misma identidad de Dios.


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Lucas 9, 43b-45

En aquel tiempo, entre la admiración general por lo que hacía, Jesús dijo a sus discípulos:

«Meteos bien en los oídos estas palabras: al Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres».

Pero ellos no entendían este lenguaje; les resultaba tan oscuro que no captaban el sentido.

Y les daba miedo preguntarle sobre el asunto.

viernes, 23 de septiembre de 2022

¿quién decís que soy yo?

 Viernes de la XXV Semana del Tiempo Ordinario

Solo se comunica lo que uno tiene por dentro. Esta verdad que aplicamos a numerosos momentos de nuestra vida, es también aplicable a la vida de fe. ¿Podemos ser testigos auténticos del Jesús sin un encuentro profundo y el reconocimiento de su señorío en nuestra vida?


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Lucas 9, 18-22

Una vez que Jesús estaba orando solo, lo acompañaban sus discípulos y les preguntó:

«¿Quién dice la gente que soy yo?»

Ellos contestaron:

«Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros dicen que ha resucitado uno de los antiguos profetas».

Él les preguntó:

«Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?».

Pedro respondió:

«El Mesías de Dios».

Él les prohibió terminantemente decírselo a nadie. porque decía:

«El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día».

jueves, 22 de septiembre de 2022

Quién es este...?

 Jueves de la XXV Semana del Tiempo Ordinario

Lo que testimoniamos de Jesús no deja indiferente a los demás. Herodes no conocía Jesús cuando se sintió interpelado. Fueron los mensajes de los demás los que hicieron que Herodes se hiciese preguntas. ¿Hacemos nosotros que otros se pregunten?


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Lucas 9, 7-9

En aquel tiempo, el tetrarca Herodes se enteró de lo que pasaba y no sabía a qué atenerse, porque unos decían que Juan había resucitado de entre los muertos; otros en cambio, que había aparecido Elías, y otros que había vuelto a la vida uno de los antiguos profetas.

Herodes se decía:

«A Juan lo mandé decapitar yo. ¿Quién es este de quien oigo semejantes cosas?».

Y tenía ganas de verlo.

miércoles, 21 de septiembre de 2022

Misericordia quiero...

 San Mateo, Apóstol y Evangelista

Miércoles de la XXV Semana del Tiempo Ordinario

La llamada del Señor no solo da sentido a una nueva existencia, sino que dignifica a aquellos que sienten la necesidad de conversión. Mateo pasa de ser considerado un pecador a la acogida amorosa de Dios que se traduce en una llamada al seguimiento. Lo primero que hace el Señor es hacer que el ser humano recupere su dignidad.


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Mateo 9, 9-13

En aquel tiempo, al pasar vio Jesús a un hombre llamado Mateo sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo:

«Sígueme».

Él se levantó y lo siguió.

Y estando en la casa, sentado en la mesa, muchos publicanos y pecadores, que habían acudido, se sentaban con Jesús y sus discípulos.

Los fariseos, al verlo, preguntaron a los discípulos:

«¿Cómo es que vuestro maestro come con publicanos y pecadores?».

Jesús lo oyó y dijo:

«No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos. Andad, aprended lo que significa "Misericordia quiero y no sacrificio": que no he venido a llamar a justos, sino a los pecadores».

martes, 20 de septiembre de 2022

Mi madre y mis hermanos...

 Martes de la XXV Semana del Tiempo Ordinario

La novedad que introduce Jesús es que los rasgos propios de la fraternidad y la paternidad están por encima de los lazos de sangre. La familia de la Iglesia es la nueva gran familia de Jesús, unidos por el bautismo y la misión.


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Lucas 8, 19-21

En aquel tiempo, vinieron a ver a Jesús su madre y sus hermanos, pero con el gentío no lograban llegar hasta él.

Entonces lo avisaron:

«Tu madre y tus hermanos están fuera y quieren verte».

Él respondió diciéndoles:

«Mi madre y mis hermanos son estos: los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen».

lunes, 19 de septiembre de 2022

Para que tengan luz...

 Lunes de la XXV Semana del Tiempo Ordinario

Hemos recibido la luz de Cristo, la luz de la fe, ¿por qué guardarla solo para nosotros? La luz que hemos recibido es para iluminar a los demás, para dar a conocer al que es la luz. Es nuestra misión de bautizados.


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Lucas 8, 16-18

En aquel tiempo, dijo Jesús al gentío:

«Nadie que ha encendido una lámpara, la tapa con una vasija o lo mete debajo de la cama, sino que la pone en el candelero para que los que entran tengan luz.

Pues nada hay oculto que no llegue a descubrirse ni nada secreto que no llegue a saberse y hacerse público.

Mirad, pues, cómo oís, pues al que tiene se le dará y al que no tiene se le quitará hasta lo que cree tener».

domingo, 18 de septiembre de 2022

Por la astucia...

 XXV Domingo del Tiempo Ordinario

Corremos el riesgo de entender el relato evangélico como un elogio de las prácticas deshonestas, pero nada más lejos. Lo que Jesús nos pide es que utilicemos los recursos con inteligencia y los pongamos al servicio de la misión recibida. La deshonestidad es un ejemplo exagerado que llama la atención. La inteligencia que salva la situación es lo que se elogia.


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Lucas 16, 1-13

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Un hombre rico tenía un administrador, a quien acusaron ante él de derrochar sus bienes.

Entonces lo llamó y le dijo:

“¿Qué es eso que estoy oyendo de ti? Dame cuenta de tu administración, porque en adelante no podrás seguir administrando”.

El administrador se puso a decir para sí:

“¿Qué voy a hacer, pus mi señor me quita la administración? Para cavar no tengo fuerzas; mendigar me da vergüenza. Ya sé lo que voy a hacer para que, cuando me echen de la administración, encuentre quien me reciba en su casa”.

Fue llamando uno a uno a los deudores de su amo y dijo al primero:

“¿Cuánto debes a mi amo?”.

Este respondió:

“Cien barriles de aceite”.

Él le dijo:

“Aquí está tu recibo; aprisa, siéntate y escribe cincuenta”.

Luego dijo a otro:

“Y tú, ¿cuánto debes?”.

Él contestó:

“Cien fanegas de trigo”.

Le dijo:

“Aquí está tu recibo, escribe ochenta”.

Y el amo felicitó al administrador injusto, por la astucia con que había procedido. Ciertamente, los hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la luz.

Y yo os digo: ganaos amigos con el dinero de iniquidad, para que, cuando os falte, os reciban en las moradas eternas.

El que es de fiar en lo poco, también en lo mucho es fiel; el que es injusto en lo poco, también en lo mucho es injusto.

Pues, si no fuisteis fieles en la riqueza injusta, ¿quién os confiará la verdadera? Si no fuisteis fieles en lo ajeno, ¿lo vuestro, quién os lo dará?

Ningún siervo puede servir a dos señores, porque, o bien aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero».

sábado, 17 de septiembre de 2022

Palabra y corazones...

Sábado de la XXIV Semana del Tiempo Ordinario

La Palabra de Dios siempre llega a nosotros, pero no siempre estamos dispuestos a aceptarla. Es fácil culpar a los demás, al ambiente, al tiempo o a las dificultades… Si percibimos que la Palabra de Dios es un tesoro, la acogeremos como tal. Por eso es tan importante en nuestra vida de fe cultivar el encuentro íntimo con el Señor.


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Lucas 8, 4-15

En aquel tiempo, habiéndose reunido una gran muchedumbre y gente que salía de toda la ciudad, dijo esta parábola:

«Salió el sembrador a sembrar su semilla.

Al sembrarla, algo cayó al borde del camino, lo pisaron, y los pájaros del cielo se lo comieron.

Otra parte cayó en terreno pedregoso y, después de brotar, se secó por falta de humedad.

Otra parte cayó entre abrojos, y los abrojos, creciendo al mismo tiempo, lo ahogaron.

Y otra parte cayó en tierra buena y, después de brotar, dio fruto al ciento por uno».

Dicho esto, exclamó:

«El que tenga oídos para oír, que oiga».

Entonces le preguntaron los discípulos qué significa esa parábola.

Él dijo:

«A vosotros se os ha otorgado conocer los misterios del reino de Dios; pero a los demás, en parábolas, “para que viendo no vean y oyendo no entiendan”.

El sentido de la parábola es éste: la semilla es la palabra de Dios.

Los del borde del camino son los que escuchan, pero luego viene el diablo y se lleva la palabra de sus corazones, para que no crean y se salven.

Los del terreno pedregoso son los que, al oír, reciben la palabra con alegría, pero no tienen raíz; son los que por algún tiempo creen, pero en el momento de la prueba fallan.

Lo que cayó entre abrojos son los que han oído, pero, dejándose llevar por los afanes, riquezas y placeres de la vida, se quedan sofocados y no llegan a dar fruto maduro.

Lo de la tierra buena son los que escuchan la palabra con un corazón noble y generoso, lo guardan y dan fruto con perseverancia».


viernes, 16 de septiembre de 2022

 Santos Cornelio, Papa, y Cipriano, obispo, mártires

Jueves de la XXIV Semana del Tiempo Ordinaria

Jesús acoge a todos. A todos. No parece que fuese lo normal en la época, pero una de las características distintivas de Jesús es que rompe con muchos esquemas de la estructura social de sus contemporáneos. El evangelio no se reduce a ningún género en exclusiva, ni raza ni pueblo…


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Lucas 8, 1-3

En aquel tiempo, Jesús iba caminando de ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo, proclamando y anunciando la Buena Noticia del reino de Dios, acompañado por los Doce y por algunas mujeres, que habían sido curadas de espíritus malos y de enfermedades: María la Magdalena, de la que habían salido siete demonios; Juana, mujer de Cusa, un administrador de Herodes; Susana y otras muchas que le servían con sus bienes.

jueves, 15 de septiembre de 2022

Tu madre...

Nuestra Señora, la Virgen de los Dolores 

Jueves de la XXIV Semana del Tiempo Ordinaria

Ante la soledad de la madre que sufre, el Hijo que ha entregado su vida por la salvación de todos, vincula a su madre con la vida del discípulo, con la vida de la Iglesia que surge de la cruz y la resurrección. María, Madre de la Iglesia.


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Juan 19, 25-27

Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena.

Jesús, al ver a su madre y junto a ella al discípulo al que amaba, dijo a su madre:

«Mujer, ahí tienes a tu hijo».

Luego, dijo al discípulo:

«Ahí tienes a tu madre».

Y desde aquella hora, el discípulo la recibió como algo propio.

miércoles, 14 de septiembre de 2022

Arquillinos y Pajares de la Lampreana... dos nuevas parroquias en la Unidad Pastoral

El próximo domingo, 18 de septiembre, nuestro párroco, Matías, tomará posesión de sus nuevos cargos, párroco de Arquillinos y de Pajares de la Lampreana. Con estas nuevas incorporaciones, nuestra Unidad Pastoral crece.

Es evidente que este incremento de parroquias implica un cambio. Y a los cambios siempre va unido un período de aprendizaje y de adaptación. Seremos más, y tendremos más necesidades pastorales. Pero también seremos más y tendremos más oportunidades. San Pablo escribió a las comunidades que fundó invitándoles a participar de manera activa en la vida de la comunidad aportando aquellos talentos y carismas que el Espíritu Santo iba suscitando en cada una de ellas.

Esa invitación de San Pablo se extiendo hoy a nuestra tierra. Todos, como bautizados, estamos llamados a participar responsablemente en la evangelización, a ser testigos de nuestra fe en cada momento y en cada espacio. Es esta una oportunidad única de poner en marcha la sinodalidad y convertir nuestras comunidades en una gran comunidad que sigue a Cristo y trabaja cada día por transformar este mundo y hacer posible el Reino de Dios.

Tengamos paciencia en estos primeros meses y pongámonos a disposición de Dios. Abramos los sentidos y dispongamos nuestro corazón para poner nuestros talentos al servicio de la Iglesia.

A pesar de que este crecimiento de la Unidad Pastoral supondrá algunas dificultades de atención pastoral, la incorporación de dos nuevas parroquias siempre es motivo de alegría y de enriquecimiento.



Instrumento de salvación...

 Exaltación de la Santa Cruz

Miércoles de la XXIV Semana del Tiempo Ordinario

El camino de la cruz no es buscado ni deseado, pero está ahí. No es fácil acoger la cruz, ni asumirla ni encajar el dolor en el camino que el ser humano emprende en busca de la felicidad desde la niñez. Pero la cruz, que está y estará, puede tener otro sentido mirada desde la fe, como Dios nos ha mostrado. El instrumento humano de tortura lo convirtió Dios en instrumento de salvación.


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Juan 3, 13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:

«Nadie ha subido al cielo sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre.

Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna.

Porque tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna.

Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.

El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Unigénito de Dios».

martes, 13 de septiembre de 2022

Al verla, se compadeció...

San Juan Crisóstomo, Obispo y doctor de la Iglesia

Martes de la XXIV Semana del Tiempo Ordinario

Si hay algo que precede siempre a las acciones de Jesús es la sensibilidad especial y profunda hacia aquellos que sufren y sienten el dolor. Jesús se conmueve ante el sufrimiento humano. Es ese nuevo rostro de Dios capaz de ponerse en el lugar de quien padece lo que le da un carácter único. No es un Dios lejano y ajeno a lo humano. Es un Dios comprometido con el hombre, especialmente con el que padece. ¿Y nosotros?

Lucas 7, 11-17
En aquel tiempo, iba Jesús camino de una ciudad llamada Naín, y caminaban con él sus discípulos y mucho gentío.
Cuando se acercaba a la puerta de la ciudad, resultó que sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda; y un gentío considerable de la ciudad la acompañaba.
Al verla el Señor, se compadeció de ella y le dijo:
«No llores».
Y acercándose al ataúd, lo tocó (los que lo llevaban se pararon) y dijo:
«¡Muchacho, a ti te lo digo, levántate!».
El muerto se incorporó y empezó a hablar, y se lo entregó a su madre.
Todos, sobrecogidos de temor, daban gloria a Dios, diciendo:
«Un gran Profeta ha surgido entre nosotros», y «Dios ha visitado a su pueblo.»
Este hecho se divulgó por toda Judea y por toda la comarca circundante.

lunes, 12 de septiembre de 2022

Encontraron al siervo sano...

Lunes de la XXIV Semana del Tiempo Ordinario

Frente a quienes pensaban que la salvación de Dios era exclusiva y excluyente, en este relato del Evangelio se nos muestra cómo la sanación está destinada a todos aquellos que abren su corazón a Dios. El centurión muestra su fe. Y Jesús reconoce esa enorme fe. ¿La reconocerá en nosotros?


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Lucas 7, 1-10

En aquel tiempo, cuando Jesús terminó de exponer todas sus enseñanzas al pueblo, entró en Cafarnaún.

Un centurión tenía enfermo, a punto de morir, a un criado a quien estimaba mucho. Al oír hablar de Jesús, el centurión le envió unos ancianos de los judíos, rogándole que viniese a curar a su criado. Ellos, presentándose a Jesús, le rogaban encarecidamente:

«Merece que se lo concedas, porque tiene afecto a nuestra gente y nos ha construido la sinagoga».

Jesús se puso en camino con ellos. No estaba lejos de la casa, cuando el centurión le envió unos amigos a decirle:

«Señor, no te molestes; porque no soy digno de que entres bajo mi techo; por eso tampoco me creí digno de venir a ti personalmente. Dilo de palabra, y mi criado quedará sano. Porque también yo soy un hombre sometido a una autoridad y con soldados a mis órdenes; y le digo a uno: "Ve", y va; al otro: "Ven", y viene; y a mi criado: "Haz esto", y lo hace».

Al oír esto, Jesús se admiró de él y, volviéndose a la gente que lo seguía, dijo:

- «Os digo que ni en Israel he encontrado tanta fe».

Y al volver a casa, los enviados encontraron al siervo sano.